El 20 de abril de 2010, el mundo quedó estupefacto con las imágenes de la plataforma Deepwater Horizon que explotó, se hundió y derramó 4,9 millones de litros de petróleo en el Golfo de México. La BP fue demandada y ya ha pagado indemnizaciones por 5.000 millones de dólares. Pasados dos años, expertos ambientales lograron identificar qué pasó realmente en las profundidades y los hallazgos son de enorme gravedad para el ecosistema marino. Con un robot los investigadores alcanzaron 1.300 metros de profundidad y las muestras confirmaron que los daños causados son catastróficos. “Las colonias de coral presentan signos de estrés de forma muy generalizada, incluidos varios grados de pérdida de tejidos y exceso de producción mucosa”, dijo Helen White, la autora principal del trabajo de investigación del Departamento de Biología de la Universidad del estado de Pennsylvania (Estados Unidos). Esto demuestra que la magnitud y profundidad del derrame tuvo un impacto mucho mayor y que sus consecuencias podrían ser muy duraderas.