Opaín, el consorcio encargado de la modernización del Aeropuerto El Dorado de Bogotá, no ha logrado acordar con el gobierno cuánto vale tumbar la actual terminal y construir una nueva. Este tema es el responsable de buena parte de los conflictos entre el gobierno y el concesionario, pues Opaín siempre ha disparado duro por un proyecto que en las cuentas del gobierno no vale tanto: según se ha especulado, Opaín ha pedido alrededor de 250 millones de dólares adicionales. El ministro de Transporte, Germán Cardona, aseguró la semana pasada que la discusión se va a demorar prácticamente otro mes más. Ojalá se llegue a un arreglo pronto, pues esto va a terminar en mayores demoras para uno de los proyectos de infraestructura más importantes del momento en Colombia.