En su Perspectiva Energética Global 2023, McKinsey & Company destaca la necesidad de abordar los desafíos clave en la transición energética para alcanzar los objetivos net-zero del Acuerdo de París. El análisis modela escenarios ascendentes que revelan la importancia de superar obstáculos como la disponibilidad de tierras, la infraestructura energética y la mano de obra.

Se identifican cuellos de botella que afectan tecnologías de rápido crecimiento como la eólica, solar, vehículos eléctricos, entre otros. | Foto: AFP or licensors

Bram Smeets, socio de McKinsey, subraya la urgencia de un impulso global y colaboración para una descarbonización acelerada. Se identifican cuellos de botella que afectan tecnologías de rápido crecimiento como la eólica, solar, vehículos eléctricos, hidrógeno verde y bombas de calor, con posibles faltas de suministro del 20 al 50%.

La electrificación industrial y el crecimiento de la demanda de hidrógeno son destacados en los escenarios. Se proyecta que, en un escenario de Compromisos Alcanzados, la energía limpia podría representar hasta el 85% de la generación eléctrica mundial para 2050, con una disminución del consumo mundial de energía del 6%.

La matriz energética se transformará, con electricidad e hidrógeno como principales vectores energéticos, pasando del 21% de la demanda en 2022 al 58% en un escenario de Compromisos Alcanzados. Además, se anticipa que la demanda de hidrógeno aumentará significativamente.

Clemens Müller-Falcke, socio de McKinsey, destaca el papel crucial de Latinoamérica en esta transición, con recursos renovables que podrían descarbonizar la región y contribuir con el 5% de la demanda mundial de energía a través de exportaciones de electricidad renovable.

Se prevé un crecimiento anual de inversiones en el sector energético entre el 2% y el 4%, alcanzando entre $2 y $3.2 billones de dólares en 2040 | Foto: Arctic-Images

El informe subraya la importancia de los escenarios como base de hechos para los tomadores de decisiones y prevé un crecimiento anual de inversiones en el sector energético entre el 2% y el 4%, alcanzando entre $2 y $3.2 billones de dólares en 2040, en línea con el crecimiento del PIB mundial. La Perspectiva Energética Global 2023 destaca no solo desafíos, sino también oportunidades en la transición hacia un futuro energético sostenible.