Este martes, la junta directiva del Banco de la República reveló las minutas de su más reciente reunión, en la que por mayoría se decidió mantener las tasas de interés en el 1,75 %, pues cinco integrantes apoyaron esta decisión, mientras que dos propusieron subirlas en 25 puntos básicos.

En la reunión, la junta determinó que la actividad económica muestra un retorno a su tendencia de crecimiento luego del retroceso en mayo, que se ocasionó con los bloqueos a las vías y los problemas de orden público que ocurrieron.

“Así lo sugieren indicadores líderes que registran para junio y julio recuperaciones importantes del transporte terrestre de carga, de la demanda de energía no regulada y del índice de confianza del consumidor. Al revisar este comportamiento, el equipo técnico incrementó su proyección de crecimiento para 2021 desde el 6,5 % al 7,5 %”, dicen las minutas.

Por su parte, destacaron que la inflación anual aumentó al 3,30 % en mayo y al 3,63 % en junio luego de permanecer por debajo del 2 % en el primer trimestre.

Según las minutas, esta aceleración de la inflación tuvo principalmente como excusa que hubo choques de oferta, entre los que se incluyen los aumentos de precios de los alimentos perecederos debido a las dificultades de abastecimiento a las ciudades en medio de los bloqueos viales, así como el alza de la inflación de regulados, por el retiro parcial de los alivios a las tarifas de servicios públicos y el aumento en el precio de los combustibles.

Mientras tanto, factores de origen externo como el incremento de los precios internacionales de bienes básicos y materias primas, así como los mayores costos logísticos y de transporte marítimo, “acentuaron esta presión”, explicó el informe.

No obstante, se destacó que la inflación sin alimentos ni regulados continuó en un nivel bajo, del 1,87 % en junio.

Así mismo, ven que la economía global ha continuado su recuperación gracias al avance en la vacunación y a los estímulos fiscales y monetarios, que han impulsado el crecimiento de las economías más avanzadas y de algunas emergentes.

A pesar de ello, la propagación de nuevas cepas del virus es un riesgo que se debe tener en consideración. De otra parte, dadas las presiones inflacionarias en los Estados Unidos y otras economías avanzadas, surge el riesgo de que las condiciones financieras internacionales se tornen menos favorables.

El equipo técnico de la entidad prevé un aumento del déficit de la cuenta corriente del 3,4 % del PIB en 2020 al 4,5 % del PIB en 2021, que es coherente con la recuperación prevista de la demanda interna, la cual ha sido impulsada por el repunte del consumo de los hogares y la inversión, así como por un aumento del gasto y del déficit público.

“Este desbalance debería empezar a reducirse en 2022 con la reforma fiscal recientemente presentada por el Gobierno a consideración del Congreso, cuya pronta implementación es clave”, asegura.

Finalmente, los integrantes de la junta del banco central coincidieron en que se estaría cerrando el espacio para mantener la magnitud actual del estímulo monetario, dado el comportamiento de la inflación y su posible persistencia, como también la revisión al alza de los pronósticos de crecimiento.

En ese sentido, la discusión giró en torno a las razones que justificarían una decisión inmediata o posterior para iniciar el retiro parcial del estímulo monetario que la economía ha venido recibiendo desde el inicio de la pandemia.