Tres condiciones nefastas siguen estando presentes en los países de América Latina: la pérdida de ese capital humano que no le gana la batalla a la covid-19; la crisis económica que ha causado reducción de empleos, debido a la caída en la demanda de productos, lo que lleva a las empresas a reducir sus gastos. Y el sobre-endeudamiento de las naciones.

Aún así, en Colombia, en términos sociales, la situación estaría peor, de no ser por la activación de las medidas aplicadas para desplegar subsidios a la población más vulnerable. La misma situación aplica para la región, según expresó Martín Rama, economista jefe del Banco Mundial para América Latina, al presentar una nueva versión semestral del informe ‘Volver a crecer’, que hace un barrido por lo sucedido en el último semestre en los países de la región.

La pobreza no aumentó más por el despliegue de ayudas estatales. | Foto:

“De no ser por las ayudas, el crecimiento en el número de pobres estaría arriba de 20 millones, acercándose a 30 millones”, indicó.

Solo en Colombia, según proyecciones de Jairo Núñez, investigador de Fedesarrollo, realizadas el año pasado, la pobreza llegaría al 38 % de la población, totalizando 19 millones de personas.

El continente, entre los más golpeados

La región de América Latina y el Caribe ha tenido un mayor impacto en muertes por covid, en comparación con todas las demás regiones en desarrollo y similar al experimentado por las economías avanzadas.

No obstante, el organismo destaca que las muertes por Covid-19 notificadas oficialmente no son estrictamente comparables, porque los países tienen diferentes capacidades institucionales y políticas de salud, incluidas las pruebas.

“El exceso de mortalidad, la brecha relativa entre todas las muertes durante la pandemia y las observadas en tiempos normales, es un indicador más confiable”, destacó.

En la región, hay naciones menos y más afectadas por exceso de mortalidad, pues la situación es heterogénea. Lo mismo sucede con el efecto económico y social.

Aún así, con todo y la continuidad de la agresividad de la pandemia, Rama presentó un informe optimista, en el que Colombia sigue con un pronóstico para la economía que tendría el llamado efecto rebote, es decir, que cayó al fondo y se levantará en el 2021, para lograr una expansión del 5 %, para luego pasar a un crecimiento de la producción de 4,3 % en 2022, y de 4,2 en el 2023.

Pronósticos inciertos

Pese a los pronósticos entregados este lunes, con los cuales, América Latina en general lograría un crecimiento de la economía del 4,4 %, Martín Rama invita a que las cifras se tomen con cautela, pues la incertidumbre continúa y la crisis de la covid-19 “tendrá un impacto a largo plazo sobre las economías de la región”.

Una de las probabilidades que pone sobre el tapete es que el panorama del empleo podría reducir los ingresos futuros de las personas, lo que podría retrasar la recuperación.

El experto llamó la atención sobre el endeudamiento público, pero, fundamentalmente, sobre el privado, toda vez que de ese no se tiene la debida claridad.

Innvitó a tener en cuenta que, si bien hay muchos aspectos negativos en el horizonte, también es claro que hay muchos motivos para estar esperanzados. Por ejemplo, “el comercio internacional de bienes se mantuvo en un nivel relativamente bueno, a pesar de la fuerte caída en el comercio de servicios, particularmente turismo”, indicó.

Es más, la mayoría de los precios de las materias primas son más altos ahora que antes de la crisis de covid-19, en parte gracias a la pronta recuperación de China.

Ojo con la desigualdad

“A medida que las economías repuntan este año, algunos sectores y empresas ganarán y otros perderán”, dijo Martín Rama. Agregó que, “esta pandemia dio lugar a un proceso de destrucción creativa que puede resultar en un crecimiento más acelerado, pero que también puede agrandar la desigualdad dentro y entre países de la región”.