El ministro de Justicia, Néstor Humberto Martínez, se vio obligado a utilizar algo más que meros argumentos jurídicos para garantizar el hundimiento en la Cámara el jueves pasado del artículo que dejaba sin dientes a la legislación sobre enriquecimiento ilícito y testaferrato. Cuando estaba a punto de iniciarse la votación, el jefe de la cartera de Justicia, que sabía que la balanza se había inclinado definitivamente en contra del artículo se percató de que el quórum estaba a punto de disolverse. Para evitar que esto sucediera, Martínez se paró en la puerta de entrada al recinto y no dejó salir a un solo parlamentario más.