Asimple vista parece uno de los protagonistas de la famosa película Los hermanos caradura: mofletudo, unas enormes gafas negras que nunca se quita, camisa blanca, pantalón negro, cara de malas pulgas y mirada desafiante a lo Mike Tyson. En la realidad, la única diferencia que existe con el personaje es que Chip Ganassi en lugar de ser actor es el dueño y amo absoluto del equipo Target y esta consideraco como uno de los hombres mas ricos del campeonato de la Cart. Este año invirtio cerca de 20 millones de dolares con la firme intencion de lograr ganar su tercer consecutivo.Es el hombre que mueve los hilos de JUan Pablo Montoya. Parece un controlador aereo que va dirigiendo al piloto colombiano mientras este rueda por la pista a mas de 300 kilometros por hora. A esa velocidad la concentracion debe der absoluta. Precisamente de eso carece Ganassi. Sus enemigos, que son muchos, la llaman de otra manera: carencia de inteligencia. Los periodistas mexicanos, que van como gitanos en la gran carpa de la Cart siguiendo los triunfos y las angustias de su cuate Adrián Fernández, están convencidos de que Ganassi no es otra cosa que una caricatura del Chavo del Ocho. Creen que lo único que lo salva de sus desastres es una pastilla de 'chiquitolina'.Los ataques contra Ganassi cada vez son más contundentes. Y mucho más desde el pasado domingo, cuando Juan Pablo Montoya ganaba de lejos el premio de Houston, Texas. Pero una desconcentración del dueño del equipo fue suficiente para que el piloto colombiano terminara arrollando al brasileño Helio Castro Neves, quien había sufrido un percance en la curva 10 del circuito texano.Esta vez, como en las anteriores, Ganassi no tuvo una respuesta para Montoya. No tenía ni idea de lo que había ocurrido. Apenas atinaba a acariciarse la barbilla con sus dedos regordetes. Montoya no paraba de increparlo. Los mecánicos se despojaron de sus cascos y guantes y los arrojaron a un lado en señal de protesta. Todos ellos rodearon a Montoya a la espera de una respuesta de Ganassi, la cual nunca se dio.Mientras tanto la televisión gringa repetía una y otra vez el accidente y los comentaristas no paraban de expresar su asombro por el error cometido en pits, donde nunca le avisaron en qué lugar de la pista se encontraba atravesado el bólido de Castro Neves. No era la primera vez que Ganassi cometía un error. El primero de ellos fue en la segunda válida, que tuvo lugar en Japón. Cuando el piloto colombiano estaba a punto de sobrepasar a Adrián Fernández y lograr el primer lugar se quedó sin gasolina. Unas semanas después Ganassi volvió a repetir. Fue en las calles de Detroit. Montoya aventajaba a sus rivales por más de 12 segundos. Pero de nuevo una desconcentración de Ganassi lo dejó por fuera de competencia. Esta vez, por estar peleando con los mecánicos, dio una contraorden y Montoya se quedó en la pista en plena bandera amarilla mientras sus rivales entraban a los pits a tanquear. No valió su esfuerzo para sacar más ventaja y lograr una diferencia de 16 segundos sobre sus competidores. Al final terminó estrellado.Mal contados, Montoya ha perdido cerca de 80 puntos por culpa de su jefe. En otras palabras, si eso no hubiera ocurrido, el piloto colombiano se habría coronado campeón de la Cart hace mucho rato. El problema con Ganassi ha llegado a tal punto que el propio Montoya parece haberle perdido la confianza. La semana pasada, en una rueda de prensa en Bogotá, culpó directamente a Ganassi de esos errores y en especial de lo ocurrido en Houston. Sin pelos en la lengua dijo que mientras los ingenieros, los mecánicos y él trabajaban sin descanso para poner el carro a punto Ganassi sólo aparecía para el día de la competencia. El propio Paul Tracy entró a terciar en la polémica. Después de haber ganado en Houston señaló que a Montoya le había ocurrido el accidente porque Ganassi debía estar muy ocupado contemplándose en los monitores de los pits. Todavía faltan dos válidas para finalizar el campeonato. Montoya sigue de líder. La gran pregunta que todos se hacen es si Ganassi la volverá a embarrar y a Montoya le terminará faltando el centavo para el peso. ¿Dónde está el piloto?Si la Cart ofrece cosas como el accidente de Montoya en Houston la sofisticada y multimillonaria Fórmula 1 a ratos parece un circo de pueblo.Cuando faltan apenas dos grandes premios para cerrar la temporada el nombre del posible campeón es todavía una incógnita. La lucha entre Hakkinen, Irvine, Fretzen y Coulthard está muy cerrada. Pero, a diferencia de otras temporadas con final de infarto, en esta ocasión el título no lo obtendrá el piloto que maneje con más pericia sino el que menos estupideces cometa.Prueba de lo anterior, el Gran Premio de Europa que se celebró en Nurbürgring, Alemania, el pasado domingo 26.Allí se vieron las siguientes perlas: Hakkinen cambió llantas para piso mojado y la pista estaba seca. Eddie Irvine perdió la carrera porque en los pits lo tuvieron parado casi un minuto, ¿La razón? Una de las llantas que le iban a cambiar no aparecía por ningún lado. Coulthard tomó la punta pero se salió de la pista como un principiante. Ralph Schumacher pasó al frente pero se le reventó una rueda y adiós. Giancarlo Fisichella lo relevó, pero el italiano siguió los pasos de Coulthard.como alguien tenía que ganar, el inglés Johnny Herbert terminó en el podio escuchando las notas del himno británico sin entender muy bien lo que sucedía.De los cuatro aspirantes al título sólo Hakkinen obtuvo puntos. Apenas dos que, en semejante feria de las equivocaciones, tenían el sabor de una hazaña.Y aunque lo visto en Nurbürgring parecía inventado por una mente maléfica no ha sido la excepción en este año, en el que pilotos y equipos presentan un prontuario plagado de despistes (Hakkinen en Mónaco, Irvine en Hungría), choques (Michael Schumacher en Canadá y Silverstone, Coulthard en Austria, Hakkinen en Monza) y errores en boxes de los equipos (Ferrari en Francia, McLaren en Austria y Alemania).Faltan apenas dos grandes premios: Malasia, el próximo fin de semana, y Japón, el 31 de octubre. Hakkinen tiene 62 puntos, Irvine 60, Frentzen 50 y Coulthard 48. ¿Quién ganará? El menos torpe será.