En un capítulo más del sonado caso Gürtel (uno de los mayores escándalos de corrupción en España), su principal protagonista, Francisco Correa –una de las cabezas empresariales acusadas de dar coimas a políticos del Partido Popular—, volvió a comparecer ante los tribunales el pasado mes de octubre. En el video de las audiencias obtenidas por SEMANA, Correa expresa haber buscado intermediación para hacer negocios en Colombia. Según él, Carlos Clemente, que para la época del escándalo era viceconsejero de Inmigración y Cooperación de la Comunidad de Madrid, le permitió hacer acercamientos con funcionarios de la Alcaldía de Bogotá y del presidente Uribe. Cuando Clemente abandonó en 2008 la Consejería, trasladó su residencia a Colombia y asumió la presidencia de la  Fundación Alas. Según Correa, en 2009, Clemente, por petición suya, trató de convencer a Yuri  Chillán, secretario de la Alcaldía de Bogotá, para que Álvaro Villegas, un empresario colombiano que había vivido varios años en España, fuera nombrado en la gerencia de la Empresa de Energía. A cambio –dice— Clemente obtendría beneficios en negocios de esa empresa. En cualquier caso, el nombramiento nunca se produjo. Así mismo, señala Correa, Clemente le prometió aprovechar su amistad con el expresidente Uribe para favorecer negocios relacionados con servicios públicos en el país. Él ha negado esas acusaciones en los tribunales españoles. No obstante, era tal su cercanía con los círculos de la alta política, que al final de su gobierno el entonces presidente Álvaro Uribe le concedió la nacionalidad colombiana.