Las posibilidades de encontrar con vida al sacerdote brasileño Aderli de Carli, quien el domingo pasado se lanzó al cielo atado a cientos de globos inflados con helio, eran improbables al cierre de esta edición. El cura pretendía volar durante 20 horas entre Paranaguá hasta Dourados, al sur del país, y romper un récord Guiness para obtener recursos para construir un centro de descanso y ayuda espiritual para camioneros. El mismo domingo, De Carli habló por su celular para anunciar que tenía problemas con su GPS y que los vientos lo estaban llevando hacia el mar, pero nunca se volvió a comunicar. Tras una intensa búsqueda de helicópteros y navíos de la marina brasileña, trozos de los globos fueron hallados en el mar el martes, a 50 kilómetros de Florianópolis. Aunque el jueves la búsqueda fue suspendida, sus feligreses seguían con fe de que el sacerdote regresara a su parroquia.