Al defensor del pueblo, Carlos Negret, lo cogió la noche de este viernes en el río Guaviare. Su comitiva se retrasó para regresar, luego de una visita humanitaria a la sufrida población de Mapiripán, Meta, y le cayó la oscuridad en el caudaloso afluente. Para completar la estresante situación, una de las cuatro lanchas rápidas que lo acompañaban sufrió una avería mecánica y tuvo que parar en medio del río. El resto de la comitiva también paró durante casi una hora para recoger a los ocupantes de la nave afectada. Lo paradójico fue que el incidente ocurrió muy cerca a El último intento, un punto a 30 minutos de San José de Guaviare, el destino final. “Todavía no hemos comenzado a rezar el Rosario”, bromeó el funcionario en su embarcación, en plena selva y en la penumbra. La pericia de los conductores hizo que el incidente no pasara del susto. Los gajes del oficio, dirían.