SI ALGUIEN SE HIZO MEREcedor a un descanso en el Congreso la semana pasada fue el joven senador liberal Germán Vargas Lleras, quien asumió como suyo el debate para sacar adelante el proyecto de extinción de dominio en el Senado. En medio de agudas controversias y prolongadas jornadas en las que también participaron activamente el Fiscal General de la Nación y varios ministros el senador por Bogotá lideró el desarrollo de las sesiones y se convirtió en la punta de lanza que hizo posible la aprobación de dicha iniciativa.