Semana sostenible: Usted acuñó el término ‘emprendedor social’, ¿qué diferencia a los emprendedores sociales de los demás? Bill Drayton: Esta palabra se refiere a alguien que cambia los patrones en la sociedad. Un emprendedor social es aquel que, desde lo profundo de su ser, está comprometido con el bien máximo, y esto tiene como resultado que su trabajo esté igualmente comprometido.      S.S: Para usted la empatía es muy importante, ¿qué opina de la creatividad? B.D: La cualidad más importante en el mundo es la empatía, que es un proceso de mirarse a sí mismo y mirar a los otros para crear capas nuevas de entendimiento. El mundo decidió que todos los humanos tenían que alfabetizarse, este un nuevo tipo de alfabetización ya no es académica sino humana.   S.S: ¿no cree que e decir que es la cualidad más importante del mundo es algo exagerado? B.D: No. Es el paso que va más allá del sentimiento de ‘yo siento tu dolor’, que es el que la mayoría de personas expresa cuando se enfrenta a situaciones de miseria. Los psicólogos lo definen así: Observarse a uno mismo y observar  a quienes nos rodean permite que veamos las capas y que esas capas salgan a la luz y  se multipliquen una tras otra hacia el futuro. Y en cada caleidoscopio  que se forma con las capas de cada contexto surgen nuevas miradas. Es complejo.  Es entender al otro como  un igual no como algo extraño. Y es muy importante que los emprendedores lo entiendan porque, ¿cómo puede uno diseñar un área o un mundo, incluso, si no entiende  en profundidad a las personas,  como individuos y colectivos en ese mundo?   S.S: ¿Cuál es el valor fundamental de Ashoka? B.D: Cualquier persona puede cambiar el mundo. Ser un agente de cambio es ser poderoso. Es ser capaz de expresar amor y respeto en acciones, no palabras. Es regalar lo más grande: el poder de dar. S.S: Partiendo de esa visión tan grande, ¿qué es lo más importante para Ashoka en este momento? B.D: Ashoka ve los cambios en el mundo gracias a su red de más de 3.000 emprendedores, todos destacados en sus áreas de trabajo y todavía más en su calidad como seres humanos. Esta visión global permite que sepamos con  lo que queremos ahora  que es  implementar en el mundo entero nuestra teoría de que cualquier persona es un  agente de cambio. S.S: Y, ¿Por qué es importante que cualquier persona se  reconozca como un agente de cambio? B.D: Porque les permite ver oportunidades ante las que estaban ciegos. Cuando todos son agentes de cambio y está buscando un bien común, no hay manera de que los problemas puedan superar las soluciones. Así mismo, cuando todos tienen el poder de cambiar patrones y mentalidades es posible tener una sociedad mucho más igualitaria e inclusiva.  Si lográramos vivir en un mundo así, todos tendríamos la satisfacción y la seguridad de poder expresar amor y respeto a niveles que ahora desconocemos. Todos tendríamos una razón para estar saludables y felices. S.S: Y eso,  ¿cómo se logra? B.D: Cada sector debe cambiar la forma en que se organiza y cada grupo debe alejarse del modelo en el que unos pocos dirigen al resto y abrirse a un gran equipo que sea fluido y en el que todos son protagonistas, iniciadores de algo.  Esto se logra teniendo las siguientes cualidades: empatía cognitiva, trabajo en equipo, una aproximación nueva al concepto de  liderazgo y, de nuevo, ser agentes de cambio. S.S: En otras entrevistas usted  habla de formas de impacto, ¿cuáles son las más importantes? B.D: Hay cuatro niveles de impacto: El de servicio directo que se preocupa por contabilizar cuánto de algo se hizo como, por ejemplo, cuántos estudiantes logré educar con un proyecto. El segundo es el de mucho servicio directo, que es de lo que la gente habla cuando dice que algo es ‘escalable’; entre  más beneficios pueda cuantificar, más puede crecer mi proyecto y escalar. El tercer tipo de impacto es el que genera un cambio en los patrones de la sociedad. El estándar mínimo  que debe cumplir alguien que va a ser elegido como fellow Ashoka es que él o ella  y su idea  sean agentes de cambio de los patrones con los que nos hemos acostumbrado a vivir.  Por ejemplo, Bright Simmons, un fellow de Ghana, ha  llegado a un acuerdo con las compañías farmacéuticas y de teléfonos para que los ciudadanos puedan saber a través de sus celulares si una botella de medicina tiene o no los permisos necesarios para ser vendida. Con este proyecto Simmons está dejando sin base a 30 o 40 % de las farmacéuticas africanas  que han resultado ser falsas. Esto es un cambio de patrón, porque cuestiona cosas que se dan  como un hecho. Finalmente, el cuarto tipo de impacto es, por mucho, el más poderoso de todos. Cuando una sociedad ve el mundo de una  manera nueva, ese nuevo marco de referencia abre nuevas posibilidades y genera una ola de cambios profundos. Cuando era más joven estuve involucrado en  la lucha por los derechos civiles y en los movimientos que apoyaban a Gandhi. Pero, a pesar de esto, no era consciente de que había un problema con la forma en eran tratadas las mujeres hasta que las sufragistas cambiaron mi mentalidad y la de muchas otras personas. Este es el cambio de mentalidad del que hablo. El que desarma paradigmas y transgrede estructuras  atávicas.   S.S: Para usted, ¿cuál ha sido el impacto más importante de Ashoka? B.D: El primero, que fue mostrarle al mundo qué y quiénes son eso que llamamos emprendimiento social. Tuvimos, literalmente, que inventarnos la frase. Ahora, en contraste, muchas personas alrededor del mundo saben que pueden tener una vida poderosa y maravillosa. Una vida que sea coherente con sus valores. Pueden ser eso que hace años apenas estábamos definiendo: innovadores sociales. S.S: Ya para terminar, ¿cuál es su consejo para ser un innovador social? B.D: Ashoka tiene el impacto que tiene porque genera cambios en los patrones de la sociedad y en el marco general que la guía en vez de preocuparse por replicar modelos hasta que pierden su sentido inicial.  Un innovador social debe buscar eso, cambiar mentalidades y patrones.