El 24 de diciembre de 1998 Alvaro Leyva se reunió en La Habana, Cuba, con Pablo Beltrán, uno de los máximos dirigentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN). En ese momento sus relaciones con el alto comisionado para la Paz del gobierno colombiano, Víctor G. Ricardo, eran ya bastante tirantes. Pero Leyva tenía la idea de que el proceso de paz en que se había embarcado el presidente Andrés Pastrana tenía que recoger en algún momento a todos los grupos guerrilleros del país. Y decidió _al parecer por su propia cuenta_ buscar un acercamiento con los líderes del ELN. Por la fecha quizá, y porque todo el mundo conocía las relaciones de Leyva con las Farc, pero desconocía sus vínculos con el ELN, el encuentro en Cuba pasó completamente inadvertido. Pero para el ex ministro fue muy importante porque _según comentaría después con algunos amigos_, le sirvió para entender que a pesar de la insistencia del ELN de darle prioridad a la presencia de la sociedad civil en su proceso de paz _a través de la llamada Convención Nacional_ los elenos no rechazaban la posibilidad de entablar una negociación directa con el gobierno.Dos meses y medio después se supo que Leyva había estado en España. Una noticia aparecida en el diario El Tiempo, de Bogotá, decía que "Leyva entró a España el 18 de marzo, procedente de Costa Rica, donde permanece asilado, y se hospedó durante cinco días en la habitación 510 del Hotel Conde Duque". La noticia generó todo tipo de especulaciones, pues la presencia de Leyva en España coincidió con un viaje del presidente Pastrana a ese país. Y se llegó a decir que en algún momento se habían reunido. El gobierno desmintió categóricamente, sin embargo, tal afirmación. Pero en el aire quedó la pregunta de qué estaba haciendo Leyva en Europa.La semana pasada, finalmente, se produjo la esperada reunión del gobierno con el ELN para tratar de desentrabar el proceso de paz con esa organización, suspendido después del secuestro del avión de Avianca y la toma de rehenes en la iglesia La María de Cali. En la casa del embajador de Colombia en La Habana, Julio Londoño Paredes, se reunieron el consejero político de Palacio, Juan Gabriel Uribe, y el propio embajador, con Pablo Beltrán y Ramiro Vargas, miembros del Comando Central del ELN, y anunciaron la reanudación de las conversaciones.Vuelve y juegaCuriosamente, Alvaro Leyva estuvo por esos mismos días en La Habana. Y tuvo mucho que ver con la realización del encuentro. Consultado por SEMANA Pablo Beltrán _uno de los asistentes por el ELN_ aseguró que "Leyva ayudó muchísimo para que la reunión se pudiera llevar a cabo". Según el líder guerrillero, Leyva ha estado muy atento al desarrollo de las conversaciones de su grupo con el gobierno y ha dialogado con las partes buscando su desentrabamiento. "En los últimos meses _dijo_ nos hemos reunido como unas cinco veces. El ha tocado varias puertas tratando de que las cosas funcionen".El gobierno niega, sin embargo, que haya utilizado los oficios de Leyva en el proceso con el ELN. "No es cierto", respondió el Presidente al ser consultado sobre el tema. "Los contactos con el ELN se han hecho a través de los representantes de la sociedad civil, liderados por el Procurador. Es decir, por el grupo integrado por María Emma Mejía, Sabas Pretelt, Luis Fernando Alarcón, Omar Yepes, Antonio Navarro, Horacio Serpa y Alejandro Vargas".Lo cierto del caso es que el gobierno parece condenado a cargar con el fantasma de Alvaro Leyva mientras dure el proceso de paz. El país conoce de vieja data las relaciones de Leyva con las Farc y por eso no le extraña que periódicamente se produzcan comunicados de su secretariado exigiendo la presencia del ex ministro en la mesa de negociaciones. Y que lo consulten con relativa frecuencia. Lo que no era tan conocido son sus relaciones con el ELN, que vienen también de tiempo atrás. En anteriores procesos de paz Leyva se encontró varias veces con el cura Pérez y parece que _al igual que sucedió con Jacobo Arenas y con 'Tirofijo'_ se ganó pronto el respeto del líder máximo de los elenos. "Era muy amigo de Manuel", dijo a SEMANA Pablo Beltrán. Lo que no está muy claro es si Leyva se ha convertido en un negociador oficioso o si es un negociador oficial. Cada vez que es interrogado sobre el particular el gobierno es enfático en afirmar que no está utilizando sus servicios. Pero aun en el caso de que lo estuviera haciendo es posible que prefiriera negarlo, dada la condición sub júdice en que se encuentra el ex ministro. Aunque también es posible _por la misma circunstancia_ que el Presidente haya optado por no utilizar oficialmente a Leyva, pero haya decidido dejarlo actuar por su cuenta _dadas las buenas relaciones que tiene con todos los grupos guerrilleros_, y beneficiarse con ello. Cualquiera que sea el caso es indudable que Leyva sigue siendo una ficha muy importante para la solución del conflicto armado que vive el país. No sólo con las Farc, sino con todos los grupos guerrilleros, incluyendo también al EPL, cuyo máximo líder, Francisco Caraballo, anda también interesado en conversar con el ex ministro, según pudo establecer esta revista. Y lo cierto es que eso _que puede ser muy bueno, o muy malo, según el cristal con que se mire_ sigue despertando muchos resquemores.