Al más reciente número de la revista militar francesa Le Casoar le dedica un sentido pero tardío homenaje a uno de los mártires más insólitos de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de Iris XVI, un caballo de monta que fue el compañero del general Phillipe Leclerc, uno de los libertadores de París, en sus años de la caballería. Reputado como uno de los ejemplares más violentos (y feos) de los establos militares franceses, Iris fue el responsable en 1936 de una caída de Leclerc que le dejó cojo de por vida. Pero en junio de 1940, con Francia ocupada, Iris mató de una precisa coz a un soldado alemán que pretendía sacarlo de su caballeriza. Enfurecido, el comandante nazi ordenó el fusilamiento inmediato del curioso ejemplar. Así terminó la vida del más legendario de los caballos franceses.