Cada 23 de abril el mundo de habla hispana celebra el Día del Idioma. La conmemoración recuerda la muerte del escritor Miguel de Cervantes Saavedra, quien en su obra insignia, Don Quijote de la Mancha, plasmó no sólo la historia de un hombre que soñaba con ser un caballero andante, también reflejaba la idiosincrasia y él léxico de la época.      De la riqueza del lenguaje de Cervantes queda poco, al menos en algunos de los estudiantes capitalinos. El estudio '¿Cómo hablan los jóvenes bogotanos?', elaborado por la Universidad de la Sabana, revela que el lenguaje es violento y pobre en vocabulario, y las palabras que utilizan tienen un doble sentido o significado.     El estudio hecho con jóvenes de las principales universidades públicas y privadas de Bogotá y luego de realizar entrevistas a 160 estudiantes universitarios, hombres y mujeres con edades entre 16 y 25 años, los investigadores descubrieron que al oír hablar a los muchachos “resulta interesante y entretenido, pero su habla dista mucho del buen decir y del significado exacto de la expresión comunicativa”. El profesor y coordinador de la investigación de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, Mariano Lozano, aseguró que el vocabulario está lleno de recursos lingüísticos con el que juegan en su cotidianidad sin importar el uso o abuso que hacen de las palabras groseras o elogios. “Voces que para ellos no tienen esa carga semántica, para los adultos son vulgares, de acuerdo con el doble sentido que les dan y su verdadero significado en el diccionario”, dice Lozano. El estudio entrega reflexiones referentes al lenguaje de los jóvenes “no se preocupan por el lugar, el dónde, ni el cuándo ni con quién; lo usan indistintamente, ante los menores y los mayores”.   “Con las palabras se rebelan contra las normas del buen uso de la lengua. Con su léxico demuestran que tienen una jerga pobre y limitada en recursos lingüísticos. Como no leen –explica Lozano–, tienen pésimo vocabulario”, agrega.     “Es increíble el mal uso que hacen de la lengua, el recorte que les hacen a las palabras, los extranjerismos que utilizan y la informalidad de su lenguaje. Usan palabras groseras e insultantes que resultan cariñosas, todo vale y todo para ellos tiene algún sentido”, dice el profesor. ¿Por qué es pobre el lenguaje de los jóvenes? Esto se debe al “poco manejo léxico que ellos hacen de la lengua general, pues usan el registro jergal en sus relaciones interindividuales cotidianas o intergrupales con el que satisfacen las necesidades comunicativas entre ellos”. Algunas de las palabras   Chimba (o): bueno o bonito, pero también lo contrario, de poco valor Marica: amigo, compañero Parce: amigo Gonorrea: extraordinario Chichipato: falso Rumbiarse: besarse Intenso: insoportable Showsero: que llama la atención Guisa: persona que viste mal Violinista: tercera persona en una relación Achantado: triste Birra: cerveza Grilla: mujer fácil Chirry: gamín Güevón: amigo Pato: tonto Hongo: persona solitaria Frito: drogadicto Cuadre: noviazgo Chaolín: adiós Tolis: listo Jalar: hacer el amor Gas: algo que huele mal Beso andeniado: cerca de la boca Enchochado: tragado Rayar: enojar Barranco: feo