Hace apenas unos meses, el senador Bernardo ‘el Ñoño‘ Elías era todavía uno de los grandes electores del país y el proyecto político de la Ñoñomania que llevaba a cabo con el senador Musa Besaile parecían ir viento en popa. Hasta que estalló el escándalo de Odebrecht y se dieron a conocer los sobornos que recibió Elías para facilitar la adjudicación del otrosí Ocaña-Gamarra al consorcio liderado por la constructora brasileña.Recomendamos: ¿Quién es el Ñoño Elías?En el momento en el que comenzó a hablar el ingeniero Gabriel Dumar, representante legal del consorcio Sion, se supo que mediante falsas facturas Otto Bula extrajo el dinero de la obra para entregárselo al Ñoño Elías, quien presuntamente lo habría usado en campañas electorales.En contexto: Ñoño Elías, el barón electoral de Córdoba, es capturado por la Corte SupremaEste miércoles, ante el cúmulo de evidencias que se presentaron en su contra, el segundo senador con más votos en el país pidió perdón y en particular a sus votantes ante la Corte Suprema de Justicia. En audiencia reservada, Elías también aceptó los delitos de tráfico de influencias y cohecho; dos de los cuatro cargos que le fueron imputados por la Fiscalía.En audio: En cuerpo ajeno, los hermanos del Ñoño Elías y de Musa Besaile se lanzan al CongresoSin embargo, la entrega de listas con los candidatos que se presentaron al Senado y a la Cámara de Representantes la semana pasada dejaron claro que la Ñoñomania podría perdurar en Córdoba con el posible traslado de votos a los hermanos del Ñoño y de Musa Besaile, más allá de la captura de sus líderes naturales.