La Plaza Tiananmen está exquisitamente decorada. Entre la avenida y la plaza se mezclan los ecos de la historia reciente de China, de 50 años que en su milenaria memoria histórica son apenas un parpadeo. Y las evocaciones históricas son inevitables. Hay un eco que une a todos los demás y procede del primero de octubre de 1949. Primero un silencio largo y expectante que dicen precedió el lento paso de Mao hacia el rostrum de Tiananmen, en medio de saludos de viejos camaradas y futuros amigos o adversarios según dictara la turbulencia política: Deng Xiaoping, Zhou Enlai, Guo Mujo, Liu Shiaoqi, Zhu De. Luego, frente al micrófono, Mao inició su discurso con su aguda voz de fuerte acento de campesino hunanés. Luego el estremecimiento por los vítores de los millones de congregados en la recién construida plaza. Mao dijo: 'China se ha puesto de pie'. Cientos de años de luchas y de muertes de campesinos, intelectuales y obreros terminaban. Mao había triunfado en la larga guerra y entregaba al país la fuerza que tardaría en ser la de la paz, pero por lo menos era de la independencia y la soberanía. Ese eco y esa frase abarcan todo lo sucedido en China en los últimos 50 años. Porque se oyen también en la plaza las voces de los 'héroes voluntarios', que iban o regresaban de la guerra de Corea; también las consignas de los campesinos que iban a presentarle a Mao los tributos de la tierra colectivizada y de la demencial 'Campaña del hierro y el acero del gran salto adelante' de finales de los 50 que dejó sin campos y bosques al país entero. Se escuchan gritos de los dos millones de Guardias Rojos que alcanzaron a llenar la plaza con sus uniformes y pequeños libros rojos en las manos, vociferando consignas de Mao durante la fiebre ultraizqierdista de la Revolución Cultural. También se escuchan los cientos de miles de obreros que cantaban La Internacional en las vísperas de la muerte de Mao mientras se oponían al ascenso de su viuda, que en los últimos días del líder, y contra su expreso deseo, se autoproclamó su sucesora. Y, naturalmente, hay ecos más recientes. Trescientas mil personas reunidas en el movimiento de 1989 concitan la atención mundial con un sueño convertido en pesadilla y le dan a la Plaza Tiananmen un renombre inusitado. Los acontecimientos de los últimos días, los grandes preparativos del aniversario son también un reflejo claro de lo que los chinos sienten 50 años después del discurso de Mao. Habrá grandes celebraciones, pero para ellos. Se rumora con certeza que entre los 500.000 miembros presentes en los actos del aniversario no habrá delegaciones extranjeras. Veremos los fuegos artificiales a varias calles, pero no en la Plaza Tiananmen. El mundo espera con expectativa el anunciado desfile militar con "armas muy modernas" de acuerdo con un periódico local. Xiao Zou, profesor de filosofía e historia contemporánea china, me dice mientras caminamos por Changan: "En 50 años hemos establecido y asegurado las condiciones de la recuperación de la dignidad nacional que significa la independencia, la soberanía, la reunificación nacional y la eliminación de la desigualdad".Se trata de un aniversario de los chinos. Mostrarán al mundo muchas cosas, incluidas "armas muy modernas", pero en lo fundamental en Beijing se siente un patriotismo asertivo. Zhao Liang, un prestigioso académico jubilado experto en Latinoamérica, me comenta: "La revolución de Mao y la fundación de la República Popular tiene un triple significado. Fue una revolución socialista contra el feudalismo y la pobreza de nuestra sociedad. Fue una revolución nacionalista contra las potencias extranjeras que nos humillaron y nos postraron desde la primera guerra del opio. Y fue una revolución patriótica para acabar con la división del país tanto a manos de los extranjeros como de los caudillos militares locales".Oyendo a Zhao caigo en cuenta que el aniversario no es el de la revolución terminada sino el de la revolución que desde 1949 viene construyéndose y no ha acabado. Hay un dato muy simple para comprenderlo: la reunificación de la patria no se ha alcanzado en su totalidad pues sigue vigente, más candente y peligroso que nunca, el problema de Taiwan. Nadie se atreve a predecir un desenlace ni cómo se dará, pero entre los hermanos a ambos lados del estrecho se siente mucha tensión en las últimas semanas, al punto que en un periódico hongkonés leía en mi ruta hacia Beijing que parte de las "armas muy modernas" de China podrían dirigirse hacia la provincia de Taiwan.Hay una frase de Napoleón que se utiliza como cliché para hablar de China: es un dragón dormido que hará temblar al mundo cuando despierte. Discutiendo con la redacción internacional de SEMANA decidimos indagar algo distinto, si este es un aniversario que resume el pasado o proyecta el futuro. Logrará China la estabilidad para crecer, hacerse poderosa y obtener la reunificación nacional en medio de la paz, o ese crecimiento seguirá marcado por la turbulencia de las luchas internas y la hostilidad externa. La escritora Pei Singli me dice: "A Occidente no le molesta el nuevo poder de China porque sea un país bajo la égida de un partido comunista, le molesta simplemente que seamos poderosos. No nos quiere independientes ni unidos, sino débiles y separados, no es un problema de la ideología".Como si los chinos quisieran mandar un mensaje al mundo sobre qué tanto están dispuestos a defender lo alcanzado hace 50 años han decidido sacar a desfilar sus "armas muy modernas". Los soviéticos lo hacían por rutina cada aniversario y hoy no existen. En 50 años el gobierno chino sólo ha hecho dos desfiles militares: uno con Mao, uno con Deng. El del primero de octubre será el de Jiang, líder de la tercera generación.En una discusión entre expertos en relaciones internacionales de una universidad bogotana alguien cuestionaba la teoría de que China sería el poder del siglo XXI. El sinólogo Pepe Gómez respondió con la calma y la lucidez de quienes no son advenedizos en el tema que "el sol siempre sale por el oriente".Generaciones de líderesMao Zedong. Hijo de un campesino acomodado de la provincia de Hunán, dejó la casa paterna para estudiar para maestro normalista. Entró al Partido Comunista en sus albores. Logró imponer su 'Guerra popular prolongada' y campesina. Le dio raíces chinas al marxismo y se involucró en conflictos internacionales, como el de Corea, y otros con India y la Unión Soviética. Sin embargo cometió graves errores económicos. El mayor fue el 'Gran salto adelante', que pretendía hacer pasar a un país recién salido del feudalismo y el precapitalismo a la modernidad. También cometió errores políticos, como lanzar a China a la parálisis de la Revolución Cultural. Pero su papel histórico se impone sobre sus errores. Mao es el tercer unificador de la patria en 5.000 años de historia y eso lo coloca, para algunos, al lado del Emperador Amarillo y del Gengis Khan. Deng Xiao Ping . Valorado inicialmente por su pragmatismo, muchos creyeron que renegaría del legado maoísta, en la época que fue tres veces purgado y tres veces rehabilitado por el propio Mao, que ordenaba su exclusión del poder pero lo protegía de la locura asesina de los Guardias Rojos y la Banda de los Cuatro, de la que hacía parte la esposa de Mao. Pero el pragmatismo de Deng nunca implicó una renuncia al marxismo.Su principal aporte fue que lo adaptó a la sociedad globalizada. Introdujo a China en el mercado internacional, la enriqueció y la puso dentro del juego de la ley para evitar el resurgimiento de liderazgos personales vitalicios. Modernizó al ejército y lanzó la mayor ofensiva diplomática desde la de 1972, cuando Mao recuperó el asiento chino en la ONU.Jiang Zemin. Técnico, ex alcalde de Shanghai, llegó al poder como transacción en las luchas del Partido Comunista. En los últimos años ha seguido la línea de Deng de crecer económicamente, pero ha retomado importantes elementos del maoísmo y ha fortalecido el trabajo ideológico. Su asociación con Li Peng le ha permitido relacionarse con el aparato burocrático. Su cercanía con Zhu Rongji le garantiza la confianza de los inversionistas y la banca extranjera. Ha impulsado la modernización militar y está empeñado en que el crecimiento económico empiece a depender más del poder adquisitivo de los chinos (800.000 millones de dólares en depósitos de ahorro) y menos de la inversión extranjera y las exportaciones.Economía al comandoMil doscientos cincuenta millones de personas hacen mucho. Pueden ser un inmenso problema y un potencial envidiable. Hay casi 80 millones de personas que van todos los días de un sitio a otro como población flotante, hay 100 millones de ancianos, transan con el mundo cerca de 400.000 millones de dólares. Cada dos años nacen 30 millones de personas, casi la población colombiana. Toda esa gente se constituye en el mercado cautivo más grande del mundo (800.000 millones de dólares en depósitos) pero causan una contaminación que en los próximos años superará a Estados Unidos como el primer emisor de gases de invernadero.Para que todos esos chinos puedan saborear un poco del famoso cerdo agridulce cada día son sacrificados 1.100.000 ejemplares.Poder político mundialChina, miembro de pleno derecho del Consejo de Seguridad de la ONU, es cada vez más un actor internacional importante. En ella puede estar la clave de la solución pacífica del problema coreano. Tuvo una posición muy fuerte en el tema de Kosovo. Es un país reconocido por la gran mayoría de la comunidad internacional (Taiwan sólo por 28 países, el más importante de ellos el Estado Vaticano, que ya está en acercamientos con Beijing).Su política exterior se basa en la independencia. Admite asociaciones estratégicas para desarrollar intereses comunes pero rechaza alianzas dirigidas contra terceros. Muchos creen que esta virtud es un defecto cuando se trata de enfrentar problemas como el militarismo japonés o la preeminencia norteamericana, pues los chinos de principio rechazan la posibilidad de alianzas, por ejemplo, con Rusia. Reunificación esquiva La historia china es la de las separaciones y las reunificaciones. La separación se asocia con decadencia y debilidad. La unidad con poder y prosperidad. La tarea no consumada del Partido Comunista es la reunificación, particularmente Taiwan, con la que no tiene un acuerdo aún y las cosas a veces parecen distanciar a China de su objetivo inicial de hacerlo pacíficamente. El asunto de Taiwan es tan importante, no sólo por la historia sino porque en lograr o no lograr la reunificación está la clave de la legitimidad del régimen. En Occidente se habla de otros focos de separación en Tíbet, Mongolia Interior y la provincia musulmana de Xingjiang, pero lo cierto es que no hay evidencias de que sean movimientos auténticos con capacidad de generar simpatías internas para propugnar por una independencia realmente deseada por las distintas etnias. En Tíbet el Dalai Lama es respetado como figura religiosa pero cuestionado por su posición política de no renunciar al separatismo y al restablecimiento del atroz régimen social precomunista, que estaba sustentado en la esclavitud. Se le cuestiona también su altísima dependencia de Occidente, en especial de la farándula de Hollywood.De armas tomarEl ejercito chino es el más grande del mundo. Sus bases las sentó Mao, con quien se desarrolló el arsenal nuclear. Deng lo modernizó en la teoría y en la práctica. Pasó de la teoría de la 'Guerra popular prolongada' a la de la 'Guerra moderna en condiciones de alta tecnología'.Hoy el poder militar chino se sustenta en una fuerza más pequeña (han salido de 2.500.000 efectivos en los últimos 15 años), pero altamente profesional, con capacidad de reacción y alistamiento inmediatos. Desarrolla muchas de sus armas estratégicas más importantes (aviones modernos, misiles) y está avanzando notoriamente en el fortalecimiento de la capacidad de acción en el mar, abandonando la tesis de la defensa meramente continental para pasar a una presencia disuasiva en el Mar del Sur de China, el Mar Amarillo. Su ambición es desarrollar una capacidad de aguas profundas (blue water navy), sin la cual no podría realizar acciones permanentes sobre Taiwan si la situación evoluciona a una solución militar. En los próximos meses China recibirá varios submarinos nucleares ultrasilenciosos clase Kilo, de tecnología rusa.Su principal fuerza frente a Taiwan es un extenso sistema de misiles. Estados Unidos pretende involucrar a la isla en su proyecto de 'Sistema de misiles de defensa de teatro de operaciones', que impulsará la carrera armamentista china, la cual tendría que desarrollar misiles tecnológicamente capaces de superar esa barrera.