Ser pesimista no solo afecta las relaciones interpersonales y el estado de ánimo. Una investigación, desarrollada por el Hospital Central Päijät-Hame en Lahti, Finlandia, siguió durante diez años a más de 2.000 pacientes hombres y mujeres, a quienes les preguntó por su nivel de pesimismo en una escala de uno a cuatro. El trabajo, además, analizó si tenían un estilo de vida saludable.Los resultados mostraron que los malos hábitos de vida, sumados al pesimismo de ver el vaso medio vacío, conducen a un riesgo doble de sufrir enfermedad coronaria. Lo curioso del estudio es que mostró que ser optimista no tiene ningún efecto positivo ni negativo en los infartos. La recomendación de los autores de la investigación, publicada en la revista BMC Public Health, es que los pesimistas deben tratar de tener una buena salud física.