Esta nueva arma ha sido diseñada para, por ejemplo, lidiar con escenarios de secuestro. Dispara botellas de agua de 22 kilogramos a 300 metros por segundo. Según la firma británica que los fabrica, BCB International, las ventas han aumentado un 25% este año y ya se exporta a 96 países. La ventaja que presenta este cañón, según sus promotores, es que pueden ser útiles en el rescate de rehenes si los captores llevan explosivos, ya que un arma de fuego podría detonar la carga. El dispositivo permite, además, que los equipos de rescate puedan acceder al recinto con mayor rapidez después de la detonación. Por otra parte, en caso de emergencia, la munición que emplean es mucho más fácil de encontrar, por ejemplo en oficinas.