LOS ANALISTAS LO VEIAN VENIR. DESPUÉS de dos años de reformas en el aparato estatal y de internacionalización económica, la mayoría esperaba que el Gobierno le diera la importancia que merece a la cuestión social. Porque todos los modelos de apertura, incluidos los más radicales experimentos de liberalización, como el de Chile, han tenido que anclar en algún momento para darle un piso social a sus transformaciones institucionales.La experiencia ha demostrado, además, que los esfuerzos en materia de inversión social brindan excelentes dividendos en el terreno político. Los gastos en el sector le dieron a Pinochet un respiro que le permitió permanecer en el poder más tiempo del que la gente se imaginaba. Y el programa "Solidaridad" es una de las razones que explican el porqué Salinas de Gortari, en México, ha podido llevar a su país sin mayores traumatismos a un programa de libre comercio con los Estados Unidos.Por eso los expertos no se sorprendieron, como sí les pasó a muchos políticos, con el discurso que pronunció el presidente Gaviria en la instalación del Congreso el pasado 20 de julio y en el cual anunció: "Un gran revolcón social que hará de Colombia una sociedad justa y más equitativa". Un revolcón que costará, según el Presidente, 10 billones de pesos y que busca liberar de la pobreza a tres millones de colombianos.Es más, para muchos de esos expertos, la intervención del 20 de julio no hizo más que cambiar el énfasis en los discursos oficiales, pues casi todo lo planteado en ella estaba previsto en el plan de desarrollo presentado por el Gobierno a mediados de 1991. Solo que, por la premura de sacar adelante los proyectos de apertura y la reforma institucional, los programas sociales del Gobierno no habían tenido suficiente difusión.La verdad, sin embargo, es que el último discurso de Gaviria va más allá que "La Revolución Pacífica". No sólo porque presenta de una manera mucho más coherente, desde el punto de vista institucional, el programa de inversiones del Gobierno en materia social, si no porque anticipa la presentación al Congreso de la República, de "una nueva y profunda agenda de reforma y cambio que le dará esperanza y optimismo a la nación".En el campo institucional, cabe resaltar la intención de coordinar las acciones que adelanta el Gobierno er tres distintos frentes: el sectorial, el poblacional y el regional. El primero tiene que ver con la elección de los sectores de mayor impacto sobre el bienestar de la población: el agua potable en particular, la salud en general, la educación y la vivienda. El segundo, con los grupos de población más vulnerables: la niñez, la juventud, la mujer y la tercera edad. Y el tercero, con el reordenamiento de competencias y la descentralización de los recursos. Todo bajo la dirección de la propia presidencia, y de una gran Consejería Social.En muchos de esos frentes, como lo anunció el Presidente en su discurso, hay programas que se encuentran caminando. Pero que, como le dijo un funcionario a SEMANA, son percibidos por los colombianos como acciones aisladas, resultado quizá de una deficiente campaña promocional. "En México -según un conocedor- todos los avisos institucionales relacionados con el programa social aparecen cobijados bajo el logo de Solidaridad, lo que permite que la gente los perciba como parte de un mismo plan, para no mencionar el hecho de que cerca de la tercera parte del presupuesto total está destinado a publicidad".Pero aparte de los programas específicos que han sido creados en los dos primeros años de gobierno, y de las acciones que se vienen realizando en los sectores de agua potable, vivienda y educación -ver recuadro-, son varios muy importantes los proyectos de ley que se anuncian entre líneas en el discurso del Presidente para complementar el programa de acción social y que, a pesar de no contar con el beneplácito de toda la población, permiten pensar que, en efecto, el sector tendrá prioridad en la segunda mitad de la presente administración.El primero, considerado por el propio Gaviria como "una de las iniciativas más trascendentales de este gobierno", es el de la seguridad social, que busca superar algunas de las fallas estructurales que presenta el esquema imperante en el país. El objetivo inicial del Gobierno, como se analizó en el número anterior de SEMANA, será crear un sistema de capitalización individual que libere al actual Instituto de Seguros Sociales de la responsabilidad pensional y asegure a los empleados cotizantes la existencia de recursos para cubrir sus requerimientos en la edad de retiro.El proyecto sigue los esquemas de privatización aplicados en países como Chile y tiene como ventaja, según sus defensores, una mayor eficiencia en su funcionamiento y una mayor rentabilidad global. Está en línea, además, con el fortalecimiento del concurso no gubernamental en la provisión de los servicios de salud que se ha venido imponiendo en el país. Hoy en día, en efecto, -casi medio millón de colombianos se encuentran inscritos en algún sistema de medicina prepagada. Y la razón básica parece radicar en la ineficiente prestación de los servicios estatales. Otro proyecto de gran importancia que presentará el Gobierno está relacionado con la Reforma Agraria como lo dijo el presidente en su discurso, ese es un campo en el cual se han hecho avances importantes en este gobierno: "En 1991 adquirimos más tierra de la que adquirió el Estado en ningún otro año de las dos décadas anteriores y en este cuatrienio vamos a adquirir más de medio millón de hectáreas". A pesar de ello, existe el convencimiento de que una modificación en los esquemas de compra de tierras podría acelerar todavía más el proceso. Y es en ese sentido que se esta pensando el proyecto.La idea, en términos generales, es aplicar el mismo esquema que se está utilizando en sectores como vivienda y educación: el de los subsidios directos. "Este concepto, que parece muy técnico, significa sencillamente que en cambio de anteponer inmensas burocracias para la satisfacción de las necesidades de la gente, hemos volcado nuestros recursos de manera directa hacia el ciudadano para solucionar sus propias necesidades sin intermediarios". Si una familia puede adquirir vivienda con un subsidio que le da e Estado, o acceder a la educación gracias a una beca, es seguro que pueda hacer lo mismo cuando se trate de adquirir un pedazo de tierra para su sustento.Otro campo en el cual se prepara un proyecto que puede tener grandes repercusiones es el de la capacitación laboral. Si bien el Presidente no lo mencionó explicitamente, SEMANA estableció que el Gobierno estudia una reforma del Sena que podría mejorar considerablemente las posibilidades de enganche de amplios grupos de población al sector moderno de la economía. Se trataría, en principio, de crear centros de capacitación ligados a ciertos sectores específicos de la industria, en colaboración con los principales gremios económicos a la manera de países como Francia que han logrado excelentes resultados en ese sentido. Y hay, finalmente, un par de proyectos relacionados con la cultura y el deporte, que buscarán una mayor cobertura de las entidades estatales encargadas de su promoción. En palabras del Presidente, "ya es tiempo de que hagamos del deporte una acción de orden masivo, una responsabilidad del orden local, una actividad ligada a la educación y, por sobre todo, bien financiada". Y eso supone un cambio en las entidades encargadas de manejarlo, comenzando por el propio Coldeportes. En resumen, lo que ya se está haciendo y lo que se quiere hacer constituye, por primera vez, una acción coordinada en materia social que, de salir adelante y de contar con los millonarios recursos que ofreció el Presidente, le darán sin duda un piso importante al proceso de transformación económica que vive el país. Y contribuirán sin duda a mejorar el ambiente social. Sólo resta esperar, según los analistas, que en estas materias el Gobierno tenga la misma decisión que demostró en los dos primeros años de gobierno para impulsar las reforma de carácter institucional. Y que como lo aseguró el Presidente: el país pueda salir adelante. LOS PILARES DEL PLANLA EDUCACION, LA VIVIENDA y los programas de acueducto y alcanterillado son los pilares sobre los cuales estaba construido el componente social de "La Revolución Pacífica", el plan de desarrollo mide la administración Gaviria. Y siguen siendo, junto con la salud primaria de la población más pobre, de acuerdo con el discurso del Presidente, las prioridades de su "revolcón social". La educación es uno de los sectores en los cuales se ha sustituido los subsidios a la oferta por un subsidio directo a la población que utiliza los servicios. "Los subsidios directos -según el Presidente- están diseñados de manera que los muchachos de las zonas populares puedan, mediante becas, acceder a la secundaria en los colegios de su escogencia". Y aunque el programa arrancó con lentitud, este año se han entregado, de acuerdo con cifras oficiales, cerca de 60 mil becas, lo que constituye una cantidad bastante respetable. Pero además de las becas, el conjunto de inversión en el sector permitirá, de acuerdo con el Gobierno, que el 95 por ciento de los niños entre cinco y seis años entren al año cero, la totalidad de los niños asista a una escuela primaria y siete de cada 10 cursen la secundaria. Es más, con este solo plan, y de acuerdo con los estimativos de "Revolución Pacífica", el número de pobres del país se reducirá cerca de 700 mil personas.La segunda prioridad es la vivienda. Y aquí también los subsidios directos han desempeñado un papel fundamental. A tal punto que, a pesar de los problemas iniciales, durante 1991 se logró un cumplimiento superior al 80 por ciento en las metas del Gobierno. En solo vivienda nueva, y gracias a los subsidios otorgados por el Inurbe y por las cajas de compensación, se han realizado un total de 684 programas de construcción, con más de 60 mil viviendas. Pero de todas maneras no parece fácil, debido fundamentalmente a la lentitud de los programas de mejoramiento, de 500 mil nuevas soluciones habitacionales señalada en el plan y reiterada en su discurso por el presidente Gaviria.En tercer lugar están los programas de agua potable. En un comienzo el gobierno se propuso aumentar la cobertura de los acueductos en más de un 50 por ciento, con el fin de llevar agua potable a más de seis millones más de colombianos. Para ello previó recursos por 833 millones de dólares. Y de acuerdo con las primeras evaluaciones oficiales, al cabo del segundo año se habían comprometido 520 millones, lo que convierte al programa de acueductos y alcanterillados en uno de los más exitosos del todo plan de desarrollo. A tal punto que, hasta el momento y durante la presente administración, son más de 400 los municipios que han emprendido proyectos en este campo, con la ayuda de Findeter.No sucede lo mismo, desafortunadamente, con los programas generales de salud. A pesar de que, como lo mencionó el Presidente en su discurso, "en estos dos años hemos aumentado la cobertura del sistema de salud, mediante la atención preventiva y extramural y la descentralización de servicios", es muy sintomático que esa haya sido, la única referencia al problema en toda su intervención.En ese y en otros campos queda mucho por hacer. Lo que quiere decir que el Gobierno tendrá que hacer un esfuerzo para alcanzar todas sus metas y lograr que, en efecto, el número de pobres del país se haya reducido en tres millones al finalizar el cuatrienio.