Las autoridades australianas quedaron atónitas y algo impresionadas. Los descendientes de un veterano soldado de la Primera Guerra Mundial les entregaron la cabeza momificada de un soldado turco. El cráneo, que tiene una perforación de bala en el lado izquierdo, había sido conservado en una cajita de madera con forro de terciopelo como el más preciado de los recuerdos. Tanto cuidado permitió que el souvenir de guerra se conservara bastante bien, por lo que aún hoy tiene algo de pelo, bigote y unos cuantos dientes. Voceros de la asociación de veteranos de guerra de Turquía han pedido a su gobierno que intente averiguar a quién perteneció la cabeza por medio de los registros dentales.