Considerada una de las obras de ingeniería más ambiciosas en el país, el viaducto sobre la ciénaga de la Virgen produce exclamaciones de asombro y reconocimiento. Sus constructores no solo lograron preservar la ciénaga que separa a Cartagena y Barranquilla, sino que lo terminaron antes del tiempo previsto, todo un ejemplo en el país. El puente hace parte de la concesión costera que une a ambas ciudades, con un costo de 1,7 billones de pesos y una longitud de 140 kilómetros hasta el municipio de Malambo, en Atlántico.El puente solucionará los problemas de embotellamiento vehicular del norte de Cartagena causados por la expansión de la ciudad en los últimos 20 años. El constante flujo de carros por hoteles, nuevas urbanizaciones, colegios y universidades había convertido en una verdadera pesadilla el tráfico entre el sector de la pista del aeropuerto Rafael Núñez hasta el corregimiento de La Boquilla.Se necesitaba una doble calzada que reemplazara la vieja vía, pero construirla implicaba atravesar una franja de mangle sobre la zona de baja mar dentro de la ciénaga de la Virgen, una laguna costera salobre de 22 kilómetros cuadrados de extensión. El primer desafío era no afectar el mangle y el segundo, negociar la salida de centenares de familias que habían rellenado una parte de la ciénaga e invadido los terrenos por donde la vía iba a pasar, cuestiones que incrementaban el costo final de la obra.Le sugerimos: Un problema de diseño fue el que generó la caída del puente ChirajaraGanó la licitación un consorcio integrado por Mario Huertas, Constructora Meco, Constructora Colpatria y Castro Tcherassi. Firmaron el contrato en julio de 2014 y el acta de inicio en noviembre del mismo año, pero la licencia ambiental quedó pendiente porque, de acuerdo con las autoridades ambientales, el trazado original produciría daños incalculables al bosque manglar.Para remediar las objeciones ambientales, los directivos del proyecto buscaron en el extranjero nuevas tecnologías y encontraron un novedoso sistema de una firma italiana que acababa de construir un trayecto sobre los Everglades en Florida (Estados Unidos). Se trata de una viga lanzadora de 170 metros de longitud montada sobre la estructura construida, que va hincando los pilotes sobre la ciénaga sin tener que retirar el mangle ni hacer excavaciones.Este sistema obligaba a tener en tierra una fábrica de pilotes, cabezales y vigas que se iban ensamblando a medida que avanzaba la viga lanzadora. La construcción arrancó con dos máquinas en cada extremo de los 5,4 kilómetros de extensión del viaducto, lo que obligaba a tener una georreferenciación muy precisa.Le recomendamos: Puente de Chirajara: para la ANI es difícil hablar de accidenteEl viaducto está montado sobre 774 pilotes huecos, armados en acero y revestidos en hormigón, que la viga lanzadora ahincaba a una profundidad de 45 metros de fango. Consta de dos carriles, cada uno de 3,65 metros con una berma exterior de dos metros y tiene en su parte más alta nueve metros, pero un promedio de siete. La mayor parte del trayecto recorre el espejo de agua de la ciénaga.El gerente del proyecto, Miguel Acosta Osío, sostiene que se trata de un puente cien por ciento ecológico, y lo cataloga como una de las obras de cuarta generación construidas en menor tiempo, pues el sistema permitía construir 200 metros cada semana.Los constructores entregarán la obra a mediados de julio, cuatro meses antes de lo previsto, y en estos momentos colocan las barandas de hormigón en cada costado. Cuando entre en funcionamiento se convertirá en el tercero más largo de América Latina, después del Rafael Urdaneta sobre el lago Maracaibo, que tiene 8.678 metros, y el puente General San Martín entre Argentina y Uruguay, con una longitud de 6.400 metros.Gran cantidad de obras inconclusas o de puentes caídos han reducido la confianza de los colombianos en el desarrollo de su infraestructura. Por eso, el viaducto sobre la ciénaga de la Virgen se convierte en un ejemplo de que los proyectos en esta materia se pueden hacer bien y en el tiempo estipulado.