La gobernadora de Risaralda cree que son demasiados los problemas en su departamento para tomarse un respiro. Decidió cambiar su horario: entrada a las 5 de la mañana y salida hasta que haya una persona en su despacho. La funcionaria también hizo un llamado a la comunidad para que se queje públicamente cuando crea que ella no está cumpliendo sus deberes.