La aspiración de Elsa Noguera a la Gobernación del Atlántico ha causado un verdadero fenómeno político, extraño en estos tiempos de polarización y crispación electoral. Bajo su sombrilla ganadora, según los números varias encuestas internas, se juntaron poderes que serían aparentemente excluyentes, como los de los expresidentes César Gaviria, Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, en una demostración fehaciente que la política es dinámica. Ello sin contar con que Noguera ha sido un verdadero ‘imán’ para los avales y ya cuenta con los de Cambio Radical, Partido Liberal, Centro Democrático, Partido de La U y Partido Conservador. Justamente entre esos ‘milagros’ esté el —antes improbable— reencuentro entre dos ramas del conservatismo, la del expresidente Pastrana y la del cacique atlanticense Efraín Cepeda, quienes se encontraban distanciados. Ambos se mostraron en un acto de adhesión a la campaña y volvieron a sentarse juntos, después de mucho tiempo sin hacerlo. Mientras Noguera sigue recorriendo los municipios del Atlántico, las miradas siguen atentas de los efectos de su candidatura en la política nacional.