Sammy Bessudo, dueño de Aviatur, viajó a la gira asiática que realiza el presidente Santos sin visa porque pensó que al tratarse de un ciudadano francés entraría a cualquier país sin mayor problema. Pero en China le dijeron que no podía entrar solo con su pasaporte y le explicaron que el país asiático le exige a todos los visitantes una visa, sin importar su lugar de nacimiento. La embajada en Beijing tuvo que correr para resolver el impasse que a propósito se habría podido evitar si él hubiera preguntando en su agencia, Aviatur. Allí, seguramente, le habrían informado de todos los requisitos para un viaje más placentero.