Las remesas que giran los migrantes del mundo a sus países de origen disminuirán drásticamente en casi 20% en 2020 debido a la crisis económica inducida por el coronavirus y la cuarentena. Esa proyección del Banco Mundial (BM) sería la mayor caída en la historia reciente y será consecuencia de menores salarios y empleos entre los trabajadores migrantes, que tienden a ser más vulnerables durante una crisis económica en un país de acogida. La entidad prevé que las remesas a los países ingresos medios y bajos (entre los que está Colombia) disminuirán 19,7% a US$445.000 millones, lo que representa una pérdida de una línea vital de financiación crucial para muchos hogares vulnerables. Recientemente, Asobancaria había estimado que las remesas que llegan al país podrían caer entre 30% y 45% este año. En 2019, estos giros sumaron US$6.743,7 millones.

El BM espera la mayor disminución de los flujos de remesas en Europa y Asia Central (27,5%), y en África Subsahariana (23,1%). En Asia Oriental y el Pacífico registraría la menor caída (13%). Para América Latina, la baja prevista en 2020 es de 19,3%, luego de crecer 7,4% en 2010 y llegar a US$96.000 millones. No obstante, ese crecimiento fue desigual en los países de la región. Brasil, Guatemala y Honduras vieron un aumento en las remesas de más de 12%. Colombia, Ecuador, Nicaragua y Panamá registraron un poco más de 6%, mientras que las remesas hacia Bolivia y Paraguay disminuyeron 3,8% y 2,2%, respectivamente. El organismo multilateral cree que los flujos migratorios globales disminuirán, pero no el stock de migrantes internacionales, debido a las prohibiciones de viaje y la suspensión de los servicios de transporte. En 2019, había alrededor de 272 millones de migrantes internacionales (incluidos 26 millones de refugiados). En circunstancias normales, cuando estos migrantes pierden sus empleos consideran regresar a sus hogares. Pero esto se ha convertido en casi imposible. Como resultado, es probable que disminuya la tasa de migración de retorno voluntario, excepto en el caso de algunas migraciones transfronterizas como Venezuela-Colombia, Nepal-India, Zimbabue – Sudáfrica y Birmania-Tailandia. En otras palabras, más migrantes permanecerán más tiempo del habitual en su país anfitrión. Además, el cierre de fronteras ha creado un grupo de migrantes varados, incluidos los que quieren retornar, que ahora por ejemplo no podrán entrar a Estados Unidos, por orden del presidente Trump y miles de venezolanos van de regreso desde Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Esto, además, genera un aumento de las tensiones sociales en algunos países anfitriones debido a las necesidades competitivas para apoyar a las poblaciones vulnerables tanto de locales como de migrantes.

El Banco advirtió, sin embargo, que todavía es muy temprano para saber los impactos que tendrá la covid-19 en los flujos migratorios, ya que dependerán de cuánto tiempo duren las medidas de contención. El organismo multilateral también se refirió a los costos de remesas hacia América Latina y señaló que, en el primer trimestre de 2020, en promedio, enviar US$200 valió 5,97% de ese valor.  Los expertos del BM temen que en medio de la crisis actual dichos costos aumenten debido a los desafíos operativos que enfrentan los proveedores de servicios de remesas (cierres de agentes y oficinas, acceso a efectivo, cambio de divisas, seguridad, etc.) y el cumplimiento de las regulaciones para la prevención de lavado de activos.