La cancillería venezolana está embarcada en una gestión que ha sorprendido a más de uno dentro y fuera del país. Se trata de la defensa de Carlos o 'El Chacal', de 49 años, el venezolano más famoso, preso desde su espectacular captura en 1994 en Sudán. La suerte de Ilich Ramírez Sánchez, condenado a cadena perpetua en la cárcel parisiense de La Santé, podría cambiar si el gobierno comprobara ante su similar francés que fue secuestrado para ser llevado ante los tribunales. Esposado y bajo los efectos de los somníferos, Carlos fue trasladado en secreto a París, donde los tribunales franceses lo enjuiciaron y sentenciaron en 1997. La acusación: haber liquidado en 1975 a dos agentes secretos y a un confidente durante una redada efectuada en un apartamento parisiense. Con la llegada al poder del gobierno de Hugo Chávez se le ha abierto el cielo a Ilich Ramírez. Su familia entera, su padre Altagracia y su hermano Vladimir han hecho un intenso lobby en la Cancillería, acompañados de los viejos comunistas que apoyaron la candidatura de Chávez. Esa gestión tuvo éxito. Tanto, que el canciller José Vicente Rangel dijo el 29 de abril que "estamos obligados por la ley a preservar los derechos de cualquier ciudadano venezolano que esté preso en cualquier parte del mundo, independientemente del tipo de delito por el cual esté acusado ese ciudadano". Y en esa misma fecha el presidente le echó más leña a la polémica al enviarle una carta a Carlos y aclarar que "no implica una solidaridad política. Es simplemente solidaridad humana. Todo ser humano merece respeto". Ahora es oficial que la diplomacia venezolana se ocupará del caso de Carlos. El consultor jurídico de la Cancillería, Ernesto Kleber, en declaraciones a AP afirmó que el gobierno solicitaría un informe sobre la forma como el terrorista fue capturado. "Si el procedimiento fue viciado y se violaron los derechos humanos pediremos al gobierno la reposición de la causa ", añadió. El anuncio fue celebrado el jueves pasado con una marcha en la que participaron sus familiares y unos hasta ahora desconocidos simpatizantes en la Plaza Bolívar. Los manifestantes llevaban pancartas que decían: "Por la repatriación de Ilich Carlos Ramírez". La analista Elsa Cardozo sostuvo a SEMANA que la defensa de Ilich Ramírez responde a "una visión que intenta legitimar a los grupos subversivos y al uso de métodos violentos y terroristas". La catedrática Cardozo mencionó además las relaciones con Libia y los países árabes y la neutralidad con la guerrilla colombiana, lo que a la postre le huele a la influencia del argentino Norberto Ceresole. Y mientras se va dibujando la nueva política internacional de Venezuela, Carlos publicó desde su celda francesa una columna en un periódico caraqueño llamado La Razón como preparando su regreso. Y para llamar la atención o copiar a Antanas Mockus se bajó los pantalones en la audiencia de París el jueves pasado cuando le notificaron la solicitud de extradición que está proponiendo la justicia austríaca. Obviamente a Ilich no le interesa mudarse a una prisión de Austria sino pasar en Caracas 'el reposo del guerrero'.