Para quienes se sienten agobiados por la grave crisis económica que atraviesa Colombia y estén considerando seriamente emigrar del país, lo aconsejable es mirar más allá del vecindario. La devaluación de cerca del 40 por ciento del sucre ecuatoriano la semana pasada volvió a desnudar las serias debilidades estructurales dela economía de ese país que se encuentra sumergida en su peor crisis de los últimos 70 años. Al este, en Venezuela, aunque la economía no ha entrado en el espiral devaluacionista, los riesgos siguen latentes. El principal es la incertidumbre que generan las ambiguas declaraciones del presidente Hugo Chávez en materia de política económica. Con crecimientos cercanos al cero en 1998 en Colombia, Venezuela y Ecuador, y ninguna evidencia de que ya se tocó fondo, todo apunta a una depresión regional en 1999. El caso de Ecuador es patético. Los nefastos efectos del fenómeno de 'El Niño' sobre la zona costera _corazón económico del país_ en 1997 y principios de 1998 y la prolongada baja en los precios del petróleo ha producido un enorme saldo en rojo en las cuentas del gobierno y la balanza externa. De hecho, los déficit fiscal y externo del Ecuador como porcentaje del PIB son superiores en un 80 por ciento y un 35 por ciento respectivamente a los ya escandalosos niveles de los indicadores colombianos. Como si esto fuera poco, las reservas externas del país apenas alcanzan para cubrir unos tres meses de importaciones _esta relación en Colombia es de seis meses_ y la deuda externa equivale a un 80 por ciento del Producto Interno Bruto _frente a un 39 por ciento en Colombia_. Este precario balance tiene con los nervios de punta a los acreedores del país quienes se muestran reacios a aportar los 1.700 millones de dólares de financiación adicional que el país necesitará este año.En lo que se refiere al sector financiero, eje vital de cualquier economía, los problemas del vecino del sur también hacen palidecer a los colombianos. Desde que el presidente Jamil Mahuad asumió el poder en agosto del año pasado son ya ocho los bancos que han cerrado, entre ellos Filanbanco, el más grande del país. A pesar de sufrir de problemas estructurales similares a los que se presentan en Colombia, en el sector financiero ecuatoriano no hay presencia importante de grandes grupos financieros internacionales _que en Colombia controlan más del 25 por ciento de los activos bancarios y que constituyen una garantía no despreciable en épocas de crisis_, y los bolsillos de los grupos locales son más reducidos. ¿El primer dominó?Con la caída del sucre la semana pasada muchos de la región se preguntan cuál de las otras dos economías del área será la siguiente en caer. Después de todo el panorama tanto en Venezuela como en Colombia es similar al que precipitó la crisis del sucre _bajo crecimiento, hueco fiscal y un controvertido sistema de bandas cambiarias_. Sin embargo, al menos a juzgar por la situación actual, lo más probable es que si ocurre una nueva macrodevaluación, ésta sea en Venezuela.Aunque la situación en Colombia es grave, los problemas de Venezuela son, en términos generales, bastante más agudos. Por una parte, el desfase en las cuentas del Estado es sustancialmente mayor. Según un informe de Corfivalle, aunque el gobierno venezolano sostiene que en 1998 el déficit fiscal fue del 6,5 por ciento del PIB _frente a 3,9 por ciento en el caso de Colombia_ la firma de investigación independiente Veneconomía estima que realmente fue del 11 por ciento, pues en las cifras oficiales "no se tienen en cuenta los gastos por intereses y las pérdidas del Banco Central que por ley deben ser reembolsadas por el gobierno". Además, según cálculos del Banco Mundial, el bolívar estaría sobrevaluado en un 40 por ciento. Si bien algunos analistas sostienen que el peso también se encuentra sobrevalorado, nadie habla de este tipo de magnitudes. Este hecho aumenta considerablemente el riesgo de devaluación. Finalmente y quizás más importante es el hecho de que el presidente Chávez no ha logrado despejar las dudas sobre su pasado populista ni enunciar un programa económico coherente.No obstante, Venezuela también presenta un par de fortalezas estructurales con respecto a Colombia. La primera es que su déficit de cuenta corriente es reducido _1,8 por ciento del PIB en 1998 frente a 6,7 por ciento en el caso colombiano_ y por lo tanto sus reservas de 14.500 millones de dólares cubren más de 11 meses de importaciones. Segundo, tras atravesar una costosísima crisis financiera a mediados de la década, Venezuela cuenta hoy con un sector financiero bastante sano en el que la mayoría de las instituciones más importantes están en manos de grandes grupos internacionales. La importancia de este factor no puede ser subestimada, pues el sistema financiero es con frecuencia el punto de quiebre en momentos de crisis.En cualquier caso, los prospectos para la región no son alentadores. Tal vez este sea el momento de buscar soluciones de fondo de manera conjunta para asegurar que la crisis se pueda aprovechar para fortalecer a los países de cara al próximo siglo.