Cuando el gobierno anunció en septiembre pasado que la pobreza en Colombia bajó al 37 por ciento, se armó una gran polémica nacional. A esta cifra se llegó después de utilizar una nueva medición que, para algunos, logró como por arte de magia reducir el número de pobres en más de un millón de personas. Pues bien, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organismo económico de Naciones Unidas, acaba de presentar su informe anual 'Panorama social en la región 2010' y reveló que en Colombia la pobreza cobija al 44,3 por ciento de la población. Este dato no tuvo en cuenta las modificaciones en la medición utilizadas en Colombia por Planeación Nacional. De acuerdo con las cifras de la Cepal, de los 46 millones de habitantes que tiene Colombia, 20,3 millones son pobres. Lo más dramático es que el 15 por ciento está en situación de indigencia, es decir, que subsiste con ingresos que no llegan a los 2.000 pesos diarios.El ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, discrepa de este dato y dice que el gobierno se mantiene en la cifra oficial de pobreza de 37 por ciento, que resulta de un trabajo que tomó dos años con la asesoría del Banco Mundial. La meta, asegura, es bajarla a 32 por ciento en este período. Según el director de la Cepal para Colombia, Juan Carlos Ramírez, el organismo utilizó para el caso colombiano la anterior medición que usaba el DNP que, sin duda, era más exigente. Al analizar la cifra de pobreza nacional medida por la Cepal, se observa que Colombia, si bien ha mejorado, sigue en la parte de atrás del pelotón. En su conjunto, América Latina ha avanzado mucho y ha logrado bajar la pobreza al 31,4 por ciento, el nivel más bajo desde hace 20 años. Mientras Colombia va a paso moderado, otras naciones han dado un salto con garrocha en apenas ocho años. Ese es el caso de Argentina, que bajó del 45 por ciento en 2002 al 8,6 por ciento el año pasado; Perú, que pasó del 55 al 31,3 por ciento, y Brasil, que bajó del 37,5 al 24,9 por ciento, similar al promedio de América Latina. En Chile la pobreza se acerca al 11 por ciento, en Venezuela es de 27,8 por ciento y en Ecuador, de 37 por ciento. Colombia está en mejor situación que Honduras, Nicaragua, Guatemala, Bolivia, Paraguay y El Salvador. De todas maneras, la región en su conjunto ha progresado. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la entidad, dice que la reducción de la pobreza se ha dado gracias al incremento en los ingresos laborales y, en segundo lugar, a los recursos públicos que se destinan a los sectores más vulnerables. "Esta es una buena noticia, porque después de la crisis de 2009 hubo una gran recuperación de la actividad económica y del empleo. Hoy el desempleo urbano en la región es de 7,3 por ciento", afirma. En América Latina hay 177 millones de pobres, de los cuales 70 millones son indigentes. La Cepal teme que su número aumente un poco este año debido al incremento en el precio de los alimentos.Para reducir esas escandalosas cifras se requiere mejorar los ingresos laborales, disminuír el desempleo, reducir las tasas de fecundidad en las mujeres pobres, especialmente de las adolescentes, y hacer un gran pacto fiscal para destinar mayores recursos a la población más vulnerable, y ampliar las coberturas en protección social.El director del Planeación, Hernando José Gómez, dice que Colombia viene trabajando en estas políticas, pero señala que la pobreza es muy alta debido a las profundas diferencias regionales, a los altísimos niveles de informalidad y al hecho de que los programas sociales hasta ahora están llegando a los más pobres de los pobres.En síntesis, Colombia tiene una meta muy alta que alcanzar en los próximos años. El país quiere ingresar al selecto grupo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), del que hacen parte las 30 naciones más desarrolladas y que tienen niveles de pobreza que no superan el 15 por ciento. Independientemente de si la cifra es 37 o 44 por ciento, lo cierto es que el país está muy rezagado en materia social y tendrá que hacer enormes esfuerzos para sacar a una buena parte de la población de la trampa de la pobreza en la que ha vivido por décadas.