Daniel Quintero llegó caminando a su posesión como alcalde de Medellín. Aunque inicialmente contó que no pensaba llevar un discurso escrito con anterioridad e impreso en un papel, sino simplemente improvisar lo que le saliera, al final cambió de opinión. Este primero de enero dedicó muchas horas a calcular con precisión cuál sería el mensaje para la capital paisa. Fue un día lleno de adrenalina para Quintero. A las seis de la mañana asistió puntual a la misa en la parroquia Santo Domingo Sabio en una de las comunas de Medellín. Después caminó por muchos sitios a los que solía visitar de pequeño cuando no tenía para comprarse un refrigerio o montarse a un bus. "Es la historia de un Medellín que nunca se ha rendido ante las adversidades", dijo. Y repitió varias veces que por eso tomaba con humildad la designación que le hicieron los paisas en las urnas el pasado 27 de octubre.  Antes de llegar a su ceremonia de posesión realizó un pacto por la educación de la ciudad y del país. El momento estuvo en manos del concejal Alex Flórez Hernández quien entregó un lápiz al alcalde. El mensaje que quería llevar uno de los mandatarios más jóvenes del país era claro: la educación será uno de sus pilares. No por azar escogió Ruta N, uno de los centros de innovación más importantes del país, para dar inicio a su periodo de alcalde.  Sin que todavía se hubiera posesionado oficialmente, Quintero dio a conocer a través de su cuenta de Twitter los nombres de los integrantes del equipo que lo acompañará en los próximos cuatro años. En ellos destacan Andree Uribe Montoya, secretaria de Salud; el general (r) José Gerardo Acevedo, secretario de Seguridad; Karen Bibiana Delgado, secretaria de Servicios y Suministro.Hacia las seis de la tarde Quintero arribó al punto central del evento, Ruta N, donde familiares y amigos lo saludaron y lo acompañaron. Al lugar llegó acompañado de su esposa Diana Osorio, su hija y su mascota. El evento comenzó con el discurso de Osorio, quien asumirá como gestora social. En él agradeció a Quintero por sus años de aprendizajes y fracasos. "De la mano hemos recorrido un camino de enseñanzas, 14 años de alegrías y fracasos que son los grandes maestros y que hoy nos trajeron aquí. Hoy yo soy una mujer feliz estoy aquí hablándole a un público que no vino a verme, y a una posición que llega fortuitamente a mi vida. Y estoy aquí porque me enseñaste a tomar los riesgos", dijo. También mencionó varias de las iniciativas que liderará como la inclusión social, mejorar las condiciones de niños y niñas de la capital de Antioquia, y fomentar la educación para todos. Acto seguido se diferentes autoridades presentaron honores y le dieron la bienvenida al nuevo alcalde de Medellín. Luego recibió la bendición del arzobispo de la Arquidiócesis de Medellín, monseñor Ricardo Tobón, para después hacer el juramento para firmar el acta como dirigente de la capital de Antioquia. Quintero puso su firma con un balígrafo, munición real que fue utilizada simbólicamente por el gobierno anterior para mostrar la superación de un conflicto armado en el país.  El dirigente inició su discurso saludando al gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, e hizo referencia a su pañuelo de la bandera del departamento “como un símbolo del trabajo en conjunto” que espera realizar con la Gobernación. “Estamos convencidos que el bienestar de Antioquia es el de Medellín y el bienestar de Medellín es el de Antioquia”, afirmó. También resaltó la gestión del alcalde saliente, Federico Gutiérrez, y señaló la capacidad de resiliencia que ha tenido Medellín en los últimos años para salir adelante en los momentos más oscuros. “Medellín nunca se dejará vencer por el miedo, hoy comenzamos juntos una nueva década, la velocidad de los cambios que se avecinan nos obligan a reflexionar sobre nuestro futuro como sociedad”, dijo.  A pesar de problemas técnicos en lo corrido de su presentación, Quintero mencionó algunos de los problemas a los que busca hacerle frente con un programa de gobierno cargado de innovación e ideas disruptivas en sus próximos cuatro años de gobierno como lo son la movilidad, el desempleo, el medioambiente, los indicadores sociales y la seguridad.  “Quiero alertarlos del enemigo más peligroso que hoy enfrentamos es el pesimismo, la división, el discurso del odio, el rencor que algunos quisieran usar como estrategia política”, aseveró Quintero.  De igual manera, en su intervención resaltó la importancia de la educación, por lo que espera trabajar de la mano con los rectores y maestros para lograr transformar a la ciudad y brindar oportunidades educativas a los medellinenses. “Daré lo mejor de mí para que ningún joven se quede sin educación superior”, aseveró el alcalde.  También hizo una importante mención a una de sus estrategias de campaña, convertir a la capital de Antioquia en el valle del software. Al respecto, afirmó que se trata de una estrategia de desarrollo económico que tendrá como meta gestionar a partir de la educación, innovación y emprendimiento las nuevas oportunidades que generen miles de empleos bien remunerados en áreas como la economía digital y la cuarta revolución industrial.  En dicho momento, Quintero también mencionó que solicitará al Gobierno Nacional que Medellín sea la sede del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.  Otro de los temas que tuvo protagonismo en el discurso fue el llamado a la unidad para mejorar en temas como la desnutrición infantil, el desarrollo económico, la creación de una ecociudad y en sacar adelante el proyecto hidroeléctrico, Ituango. “Me he preparado toda la vida para este reto y serviré a la ciudad con amor, apertura y diálogo”, afirmó.  Finalmente, el acto de posesión concluyó con el juramento del equipo de gobierno de Quintero, el cual está conformado según él en paridad y al que se le exigirá además de eficiencia y buenos resultados, honestidad y cero politiquería. ¿Quién es Daniel Quintero? En la noche del 27 de octubre, cuando Daniel Quintero ganó con más de 300.000 votos la Alcaldía de Medellín, llegó a su sede de campaña en Calasanz, un barrio de clase media lejos del centro administrativo La Alpujarra, lejos de un barrio estrato cinco, toda una bandera de ideales. Se bajó de una camioneta bien escoltada y atravesó unos diez metros en medio de la multitud, como un rockstar. La multitud –unas 500 personas– coreaba su nombre, y gritaba “Sí se pudo, sí se pudo”.  Quintero entró a la casa como pudo y se instaló en un pequeño y bajo balcón, de cara a la carrera 80, una de las más concurridas de la ciudad. Cuando se paró allí y agarró el micrófono, alguien del equipo le acercó una botella plástica de agua que alcanzó a agarrar. Pero su esposa Diana Osorio le susurró que se abstuviera, que pidiera un vaso de vidrio. Minutos después Quintero haría una promesa: proteger a los animales, comprometerse con que nunca más habrá corridas de toros en Medellín, y entonces desde sus piernas recogió a una perrita blanca y la mostró, su público –jóvenes de celular en mano, millenials– aplaudió jubiloso.  El discurso fue conciliador: agradeció a Dios, dijo que no había derrotados, invitó a los contrincantes a construir juntos, felicitó al gobernador electo Aníbal Gaviria –con cuya campaña tuvo encuentros en cuerpo ajeno, y con quien compartía apoyos como los del expresidente César Gaviria o el polémico político antioqueño Carlos Mario Montoya– y lo invitó a trabajar juntos por el departamento y la capital antioqueña. En veinte minutos, Quintero se encargó de acallar el ruido político que lo rodeaba.  Los jóvenes tienen otras preocupaciones: mejor educación, mayor oferta laboral, mejores y más baratos servicios públicos, proyectos sostenibles, cuidado del medioambiente, igualdad de género, derechos de los animales.

 Había hecho su campaña a pie por los barrios de Medellín, sin escoltas y con la premisa de la independencia y de no deberse a ningún partido político. Y dio la gran sorpresa de las elecciones del domingo al convertirse en el alcalde más votado en Medellín, y en el más joven. Había vencido al candidato de Uribe, Alfredo Ramos; al de Federico Gutiérrez, el exsecretario de Gobierno Santiago Gómez; a la de Sergio Fajardo, Beatriz Rave; y al candidato que más apoyaban los empresarios, Juan David Valderrama. Sobrevivió a la campaña sucia más encarnizada de los últimos años: desfiles y pancartas en su contra, panfletos que lo acusaban de ser el candidato de Petro y portavoz de “modelos políticos fracasados”.  Su estrategia, que empezó en una voz crítica y profunda a Hidroituango, atemorizó a varios antioqueños, entre ellos a los empresarios, que hasta el día de hoy no saben qué esperar de Quintero en relación con EPM. Temen que en su condición de presidente de la junta directiva, con la responsabilidad de nombrar un nuevo gerente, cometa algún desacierto. Ahora, ya electo, Quintero le dijo a SEMANA que tiene su prioridad en salvar el megaproyecto eléctrico en compañía de Aníbal Gaviria, pero “con la verdad”.

Por otro lado, propone rebajar las tarifas de los servicios públicos, lo que solo puede hacer la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg). Eso les parece peligroso a los empresarios “porque él hizo propuestas que no puede cumplir”. Sobre este tema, el ahora alcalde ha dado dos soluciones. Entregó la primera en el debate de SEMANA y Teleantioquia, cuando dijo que podía lograrlo al implementar paneles solares en las viviendas de la ciudad, proyecto que algunos empresarios consideran muy oneroso. Y en el discurso de victoria aseguró que iba a intermediar ante la Creg, pues él iba a ejercer ese liderazgo. Pero esa parece una misión difícil. Daniel Quintero es un alcalde incómodo para la política tradicional paisa, representada en columnistas como el exgobernador Juan Gómez Martínez, quien opinó en el diario El Colombiano que el Centro Democrático perdió porque los jóvenes votaron sin conocer a la Cuba boyante de los años sesenta, o la Venezuela que hace más de un década vendía petróleo a manos llenas. Dice entre líneas en su columna que los jóvenes paisas no conocieron a la izquierda en el poder y por eso termina rogando a Dios “que nuestro alcalde actúe apoyado en sus conocimientos y no en las teorías destructoras de los pueblos”. Sin embargo, los jóvenes tienen otras preocupaciones: mejor educación, mayor oferta laboral, mejores y más baratos servicios públicos, proyectos sostenibles, cuidado del medioambiente, igualdad de género, derechos de los animales. Y Quintero leyó los códigos modernos. *Este perfil fue publicado el día del triunfo de Daniel Quintero en las urnas.