El gobierno del presidente Uribe lucha con denuedo para evitar que Colombia pierda las preferencias arancelarias de la Unión Europea para las flores y el banano, lo que representaría un recorte en el menguado flujo de los dineros que nos vienen de la Unión Europea para preservar la paz. Desafortunadamente, no de los gruesos fondos que con origen también en Europa, captan las guerrillas para alimentar la guerra. Con total contundencia, Paul Collier (SEMANA #1.088 'Más economía que política') destaca que "la revolución en Colombia está financiada por dineros estadounidenses y europeos" y, para asombro de quienes puedan dudarlo, suministra cifras: en sólo extorsiones y secuestros las empresas europeas han pagado unos 1.000 millones de dólares. Además, el Banco Mundial calcula que el 95 por ciento de toda la producción de droga, fuente de ingresos de las Farc y las AUC en Colombia, está sembrada en sus zonas de influencia. Ese fluir de fondos de Estados Unidos y de países europeos y asiáticos, incrementa el poder guerrillero, perpetúa el conflicto y lo está llevando a extremos intolerables.Es de enorme hipocresía la actitud de algunos gobiernos y pueblos, que se dicen amigos, y que, retóricamente, presumen de un gran respeto por el DIH, pero que nada hacen para evitar que se viole, inclusive con su propio dinero, cuando es fuera de su territorio, como el conflicto que padecemos los colombianos.Jorge Arbeláez ManriqueCali