Alas 8 de la mañana de este miércoles, el ex director del DAS Jorge Noguera se volverá a ver cara a cara con la justicia. Ese día deberá presentarse a la Fiscalía para cumplir con una nueva diligencia de ampliación de indagatoria. El viernes pasado, el ex funcionario había sido notificado de que tendrá que dar explicaciones por dos nuevas acusaciones en su contra: manipulación de información privilegiada y abuso de autoridad. Aunque son varios los cargos en el proceso que se adelanta en contra de Noguera, tanto la Fiscalía como la Procuraduría coinciden en señalar que una de las sindicaciones más sólidas contra el ex jefe del principal organismo de inteligencia del país es la que tiene que ver con sus relaciones non sanctas con los jefes paramilitares. Noguera ha reconocido en diversas oportunidades que, cuando ocupó la dirección del DAS, se reunió “oficialmente” con varios de los jefes paramilitares, entre ellos Salvatore Mancuso y Rodrigo Tovar, alias ‘Jorge 40’. Ha insistido también públicamente en que el presidente Álvaro Uribe, el comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, y otros altos funcionarios del Estado conocían de sus reuniones con los paras. Ha tratado de justificar esos encuentros con los líderes de las AUC argumentando que eran funciones propias de su cargo y ha dicho en repetidas oportunidades que sus relaciones con ellos siempre fueron distantes. Sin embargo, SEMANA obtuvo una serie de conversaciones que despiertan nuevos interrogantes sobre qué tan lejanos realmente eran los vínculos de Noguera con los paras. En una de estas conversaciones, el 20 de enero de 2005, Mancuso llamó a la entonces congresista Eleonora Pineda y le informó que Noguera, jefe de la inteligencia colombiana en ese momento, los iba a visitar. El comandante paramilitar le dijo a la congresista que para llevar a cabo ese encuentro con Noguera, miembros del DAS le pidieron prestado uno de sus vehículos blindados. “Yo tengo los míos, pero cómo lo voy a estigmatizar zampándolo a un carro mío”, le dijo Mancuso a Eleonora. Consciente de lo que implicaba el hecho de que el jefe del DAS se movilizara en un carro de un paramilitar, Mancuso se encargó de resolver los “problemas de transporte” de Noguera y le pidió prestado a la senadora Pineda uno de sus vehículos (ver recuadros). Aunque Noguera era el jefe del servicio de inteligencia, también resulta inexplicable, o por lo menos curioso, que su visita a los paramilitares era un secreto a gritos entre ellos en Córdoba. Así se desprende de una segunda grabación en la que ‘Jaime’ y ‘Pepe’, dos hombres de confianza de Mancuso, hablan sobre la llegada de Noguera a Montería y las reuniones que éste sostendría con los miembros de las AUC. No pocos interrogantes también deja la conversación que ese mismo día, a las 8:30 de la noche, sostuvieron ‘Jorge 40’ y la congresista Pineda. En un tono muy familiar, el paramilitar le contó a la congresista sobre su encuentro con Noguera y resalta que “tuve la oportunidad de hablar con él a solas al final”. Aunque ‘Jorge 40’ no especifica los pormenores de ese encuentro privado con Noguera, sí le dice a Pineda que Noguera “se ríe de cosas, pero dice que no hay otro camino”. Las conversaciones también dejan en evidencia la muy estrecha relación que tenía la ex senadora Pineda con los jefes paramilitares. Pero también abren nuevos interrogantes sobre la distancia que mantuvo Noguera con los paramilitares. No se explica por qué el jefe del DAS no utiliza uno de los carros de la institución que dirigía, o de cualquier otra del Estado, y, por el contrario, son los propios paramilitares quienes lo llevan y lo traen a citas con ellos. Este es tan sólo uno de los muchos interrogantes que dejan las grabaciones. Falta ver si este martes, como la anunció con bombos y platillos, Mancuso cuenta la verdad de esos encuentros con Noguera. De todas formas, aunque esto no pase, es claro que el miércoles, durante su ampliación de indagatoria, Noguera tendrá que dar nuevas explicaciones sobre este hecho.