Estas previsiones, recogidas en el programa de estabilidad 2013-2016, vienen acompañadas de un plan de reformas reclamado por Bruselas, que pide corregir los desequilibrios de la economía española, incapaz hasta ahora de volver a crecer, y reducir el alto desempleo. Tras un gran programa de austeridad para ahorrar 150.000 millones de euros en dos años, que ha sumido al país en la recesión desde finales de 2011, y un desempleo de más del 27% -más de 6 millones de personas- el gobierno del conservador Mariano Rajoy descartó este viernes seguir recortando o subir los impuestos, lo que hará que hasta 2016 no se reduzca el déficit por debajo del 3%. Lo que resulta "coherente" para la Comisión Europea, "teniendo en cuenta la difícil situación económica" de España, dijo este viernes en un comunicado. "No se van a subir los grandes impuestos: la renta y el valor añadido", dijo la vicepresidenta y portavoz Soraya Saénz de Santamaría, aunque el Gobierno no descarta introducir otras tasas, como las medioambientales y mantendrá un año más del previsto la subida del impuesto sobre la renta. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, recordó "el esfuerzo titánico de austeridad" realizado por el país tras la llegada al poder del Ejecutivo conservador, en diciembre de 2011, dirigido por Mariano Rajoy. Pese a este esfuerzo, que no ha servido para cumplir los objetivos de déficit de la Unión Europea (UE), el vicepresidente de la Comisión Europea, Olli Rehn, reclamó de nuevo el jueves reformas más profundas para corregir la cuarta economía de la zona euro, lastrada por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008. Una presión desde Europa se topa con el profundo malestar social que expresa su descontento en numerosas manifestaciones. Ante estas circunstancias, el Gobierno español ha decidido moderar la austeridad y elevar su objetivo de déficit al 6,3% en 2013, bastante por encima del 4,5% pactado inicialmente. Mientras tanto, la deuda de la administración pública española seguirá creciendo: en 2013 será del 91,4% del PIB y en 2016 alcanzará el 99,8%, frente al 36,2% de 2007, antes del estallido de la crisis. Precisamente, la insistencia del Gobierno en reducir el déficit, del 9,4% en 2011 al 7% en 2012, ha sido señalada por muchos analistas como un lastre para la recuperación económica y una de las causas del elevado desempleo del país. Por ello, el ministro de Economía Luis de Guindos apostó por equilibrar "la reducción del déficit y el crecimiento económico" en este periodo. Recuperación que, según las estimaciones del Gobierno, no llegará hasta 2014. Tras experimentar una contracción del 1,37% del PIB en 2012, la economía española caerá este año otro 1,3%, lejos del 0,5% previsto inicialmente. El desempleo, que en el primer trimestre de 2013 llegó a su máximo histórico, empezará a decaer aunque en 2014 seguirá afectando a un 26,7% de la población activa y en 2015 a un 25%. Paralelamente, el Gobierno conservador proseguirá con las reformas estructurales. Entre ellas, la cacareada reforma de la administración pública, destinada a eliminar las numerosas duplicidades entre administración central, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, así como iniciativas para apoyar la creación de empresas, fomentar las inversiones extranjeras y los trabajadores por cuenta propia. Esta reforma, recordó la portavoz del Gobierno, prevé especialmente una relajación del IVA. El Gobierno también está revisando el actual sistema de pensiones para "garantizar su futuro", lo que, según algunas informaciones de la prensa, podría retrasar aún más la edad de jubilación, actualmente fijada en 67 años. En la agenda política del gobierno español también está la reforma del sector energético, que, a finales de 2012, tenía un déficit acumulado de 29.000 millones de euros. El Ejecutivo de Rajoy tendrá que enviar cuanto antes el plan nacional de reformas a la Comisión Europea, que prevé divulgar el 29 de mayo sus recomendaciones para los países de la UE, y entonces se haría oficial si decide flexibilizar una vez más las metas de déficit para España. Afp/D.com