Este especial fue un sueño que nació a comienzos de este año desafiante, incierto. La idea era convocar a líderes empresariales inspiradores para que compartieran sus lecciones de éxito. También queríamos llevar un mensaje de optimismo y reconocer una labor solitaria y muchas veces ingrata. Convertirse en líder es una decisión personal. Todos podemos desarrollar las habilidades para serlo, pero no muchos se atreven. Un líder debe tener coraje, pero también humildad para reconocer que no sabe todas las respuestas y que siempre puede hacerlo mejor. Es empático y entiende la importancia de rodearse de personas que piensan distinto. A diferencia de un gerente, que resuelve de la mejor manera con lo que tiene, el líder es un catalizador de cambios. Y no hay nada más complicado que revertir el orden de las cosas. El statu quo es poderoso.

Descubrir las historias profesionales y de vida de hombres y mujeres detrás de algunas de las empresas y marcas más reconocidas del país fue un ejercicio fascinante, aleccionador. Muchos de ellos comenzaron desde la base de la pirámide y a punta de persistencia y disciplina fueron escalando hasta llegar a la cima. Entendieron que su labor no era saber de todo sino rodearse de un talento humano excepcional. Y reconocen en la tecnología una poderosa herramienta de transformación.

Otros se prepararon para continuar con la tarea que comenzaron sus padres y tomaron las riendas de negocios familiares con una gran tradición en Colombia. También hay varios que rápidamente alcanzaron posiciones de liderazgo en el sector empresarial y con su visión y ganas de construir un mejor país han aportado desde diferentes posiciones en distintas industrias. Todos coinciden en que Colombia es una tierra fértil para crecer, generar empleo y como tanto repite uno de ellos, “hacer negocios haciendo el bien”.

Sus palabras de optimismo y compromiso con el futuro son necesarias en estos tiempos. Así como las reflexiones de los columnistas invitados. Aunque la mayoría se especializa en temas económicos y de competitividad, para esta edición aceptaron escribir sobre lo que significa el liderazgo empresarial en un país como el nuestro, en un momento como el que vivimos hoy. Compartieron desde la experiencia, y con el corazón, sus preocupaciones, miedos, pero también un sentimiento de orgullo por tener un tejido empresarial aprueba de todo. Que contra viento y marea se mantiene sólido, jalonando el empleo, la economía. Construyendo progreso, innovando y probando fórmulas que nos lleven a ser una sociedad más sostenible.

Esta producción editorial de Semana es un sueño cumplido y también una oportunidad para descubrir esa esencia empresarial que ha permitido poner, de muchas formas, a Colombia en los ojos del mundo.

Juntos a jalonar el empleo y la inversión

Colombia necesita un plan de reactivación concertado entre los sectores público y privado para impulsar un crecimiento sostenible. Desde el sector privado han surgido varias propuestas.

Por Germán Arce

Presidente Consejo Gremial Nacional

La actual coyuntura económica del país, con un crecimiento negativo en el último trimestre de -0,3 por ciento, una tasa de desempleo de 9,3 por ciento, niveles de informalidad del 55 por ciento, expectativas de crecimiento económico de 1 por ciento y de inflación entre 9,5 y 10 por ciento, requiere de un plan de reactivación concertado entre los sectores público y privado.

Para el sector productivo es claro que este panorama de desaceleración no solo tiene efectos en materia económica, también un alto impacto social bajando la probabilidad de que Colombia registre una reducción de pobreza en 2024. De acuerdo con el estudio realizado por la ONU e Inclusión SAS para Colombia, el efecto del crecimiento económico en promedio aporta tres cuartas partes del cambio en pobreza, mientras que el efecto restante corre por cuenta de la redistribución del ingreso. En otras palabras, el crecimiento económico es fundamental para reducir la pobreza y cerrar las brechas de desigualdad en el país.

Si a esta desaceleración se suman las reformas estructurales que el Gobierno adelanta, como la reforma laboral, en donde se podrían perder más de 400.000 empleos formales; y la incertidumbre regulatoria que se genera con cada anuncio desde las carteras ministeriales, las perspectivas de recuperación de la inversión, pública y privada, parecen aún más lejanas.

Esto, sin lugar a duda, tiene implicaciones en las expectativas de crecimiento y en las fuentes de recursos que los privados asignan en sus planes de expansión en Colombia. Recordemos que el sector privado aporta cerca del 80 por ciento del PIB del país, genera más del 75 por ciento del empleo formal y contribuye con el 80 por ciento del recaudo de impuestos directos, en un monto equivalente al presupuesto de inversión anual.

Con esta responsabilidad y en beneficio del país, desde el sector empresarial hemos venido presentando al Gobierno varias propuestas para la reactivación de algunos sectores que son multiplicadores, y en donde la inversión puede cumplir un rol importante en la ejecución de proyectos estratégicos para todas las regiones.

Por ejemplo, en el sector de la construcción se propone la implementación de medidas que tengan impacto efectivo en la recuperación de las ventas y el inicio de nuevos proyectos de Vivienda de Interés Social (VIS). En lo corrido del año, las ventas de VIS han registrado una caída de más del 50 por ciento. Por esta razón, hemos venido insistiendo en la necesidad de implementar una estrategia contracíclica, que permita aportar a las metas del Plan Nacional de Desarrollo. Propuestas que tengan en cuenta: la suficiencia de subsidios para el programa Mi Casa Ya, la disponibilidad oportuna de las coberturas a la tasa de interés (cuota inicial y crédito hipotecario), la recuperación del esquema de preventas y, la agilización de los trámites para la asignación y desembolso de subsidios, entre otros.

La infraestructura es otro sector que requiere el acelerador en la ejecución de proyectos. Con la articulación del sector público-privado se está avanzando en superar las controversias entre la ANI y los concesionarios por los tráficos estimados versus los reales, la provisión de recursos de parte del Gobierno por la congelación de los peajes, el desembolso de vigencias futuras para acelerar la ejecución presupuestal en el sector, y la apertura de procesos estructurados en los proyectos 5G, entre otros.

Para el sector eléctrico también se han venido presentando propuestas frente al riesgo de un “apagón financiero” y de un “apagón eléctrico” en el corto y mediano plazo. El sector empresarial ha presentado propuestas para asegurar la oferta de energía eléctrica, nuevos esquemas de incentivos tributarios focalizados en proyectos de energías limpias, propuestas que promuevan la digitalización, las medidas de eficiencia energética, la inversión en redes inteligentes, entre otros.

Desde el sector privado también hemos presentado propuestas de reactivación para diversos sectores como turismo, comercio exterior, agricultura y ganadería, transporte y logística, hidrocarburos, minería, comercio, comunicaciones y seguridad, entre otros. Propuestas encaminadas a tener un plan de reactivación focalizado que jalone el empleo y la inversión.

El mensaje es que estamos para aportar al país. Nuestras propuestas y participación en la agenda pública le apuestan a un crecimiento sostenible en pro de todos los colombianos.