Cuando hablamos de las ventajas que Colombia tiene para hacer negocios con Estados Unidos hay tres elementos esenciales que representan valor agregado: seguridad, logística y oportunidades. Seguridad, vista desde los riesgos políticos de entrega y de producción. El acuerdo comercial da la estabilidad de unos beneficios que permanecen en el tiempo y no varían como antiguamente pasaba con el ATPDEA. Políticamente, seguimos siendo aliados de Estados Unidos y las posibilidades de un rompimiento de relaciones o de imposiciones de seguridad nacional no se visualizan en el corto plazo.

En cuanto a la logística, la cercanía genera ventajas y eficiencias en la entrega de los productos para aprovechar con mayor agilidad la cadena logística. Los puertos del Caribe, además, con paso obligatorio para buena parte de la industria nacional, distribuyen para Centroamérica, Norteamérica y Europa y tiene enormes extensiones fértiles y una gran capacidad para recibir inversiones. De concretarse el tren del Caribe que tiene previsto conectar Atlántico, Bolívar y Magdalena; la zona adquirirá mayor competitividad. Sumar desde ya a Sucre, Córdoba, La Guajira y Cesar en este plan férreo sería muy oportuno.

Así mismo, hay oportunidades por desarrollar y otras por potenciar. La región, comprendida por los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena y Sucre, generó en 2021, de acuerdo con información del Dane, 177.737 millones de pesos en Producto Interno Bruto, lo que representa el 15,1 por ciento del PIB nacional; un dato nada despreciable.

El comportamiento exportador hacia Estados Unidos es una muestra de las oportunidades y el potencial que existe. Según los datos del Dane, estas ascendieron a 1.192,6 millones de dólares en el primer semestre de este año, mostrando un crecimiento de 75,7 por ciento frente al mismo periodo del año pasado cuando fueron de 678,6 millones de dólares.

Nuevo dinamismo

Si miramos en detalle el rubro no minero-energético, este alcanzó cifras por el orden de los 627,9 millones de dólares, con un repunte de 44,8 por ciento, lo que representó el 52,7 por ciento del total de la canasta exportadora durante el primer semestre de 2022. Estos datos son contundentes y muestran el potencial y el dinamismo del sector, siendo el rubro jalonador del comercio con Estados Unidos en 52,7 por ciento. Durante el primer semestre del año los principales subsectores han sido la construcción, que pasó de vender 162,4 millones de dólares a 257,5 millones de dólares (58,6 por ciento más); y los plásticos que aumentó de 68 millones de dólares a 81,1 millones de dólares (una variación del 19,3 por ciento).

Otros subsectores que también presentaron crecimientos fueron los textiles y confecciones, química básica, autopartes e insumos de la industria, alimentos procesados, cosméticos y aseo, lácteos y piscicultura. También aceites crudos de petróleo o de mineral bituminoso; puertas, ventanas y sus marcos de aluminio; bananos y plátanos frescos; hullas térmicas; codos, curvas y manguitos de hierro o acero; y carburorreactores tipo queroseno; ropa de tocador o de cocina de algodón; ferroníquel; tubos para la extracción de gas o petróleo; polipropileno; cafés sin tostar ni descafeinar; acumuladores eléctricos de plomo para el arranque de motores; bolsas de papel y cartón; barras de aleaciones de aluminio; carburorreactores tipo gasolina; y aceites de palma sin modificar químicamente (+41,9 por ciento), por mencionar algunos.

Nearshoring

El TLC y la recomposición del comercio exterior por cuenta de la pandemia y la crisis logística abren nuevas oportunidades para que el Caribe colombiano sea protagonista en el impulso de la economía y el fortalecimiento de la industria. Las cadenas regionales de valor se lo vienen replanteando desde hace casi cuatro años y el proceso se aceleró con la pandemia. Estados Unidos comprendió que necesita tener socios cercanos y no depender de unos pocos para diversificar y minimizar el riesgo.

De hecho, en el Congreso de Estados Unidos avanza el proyecto de ley ‘Alianza Bicentenario Estados Unidos-Colombia’, que cuenta con apoyo bipartidista y contiene medidas y recursos para impulsar el nearshoring desde Colombia. Esto no es otra cosa que impulsar la proveeduría hacia Estados Unidos dada nuestra cercanía geográfica, política y los beneficios de un acuerdo comercial moderno.

La Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, ha venido haciendo seguimiento a las oportunidades que deja la tensión comercial entre China y Estados Unidos y encontró que de los 108 productos identificados con oportunidad, el Caribe aumentó sus exportaciones en 41 partidas por el orden de 561,9 millones de dólares en el primer semestre de este año, mostrando un crecimiento de 66,8 por ciento frente al mismo periodo del año pasado cuando fueron de 336,8 millones de dólares.

Hablamos de bienes de construcción, partes de aluminio, bananos, hullas térmicas, petróleo refinado, accesorios de tubería de hierro o acero, materiales textiles, plásticos, aceite de palma, desperdicios de aluminio, insecticidas, confitería, cítricos, grasas animales o vegetales, frutas, cosméticos, papel, flores, entre otros.

Son principalmente bienes intermedios que el Caribe produce y que se convierten en insumos de la industria estadounidense, que llegan entre 15 y 20 días, dependiendo del puerto de embarque y línea naviera. Desde los puertos asiáticos estos productos tardarían hasta 30 días.

* María Claudia Lacouture, presidenta Ejecutiva de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia