En vista de los datos más recientes sobre el brote de ébola, que arrojan un saldo de 3.439 muertos hasta el momento en los tres países más afectados —Guinea, Liberia y Sierra Leona—, una nueva evaluación del Banco Mundial sobre dicha enfermedad señala que si la epidemia infecta a un número significativo de habitantes de los países vecinos, algunos de los cuales tienen economías mucho más grandes, el impacto financiero regional podría alcanzar los US$32.600 millones a fines de 2015. “Puesto que no se tiene la certeza de poder contener totalmente la epidemia antes de diciembre de 2014 y en vista del considerable grado de incertidumbre respecto de su futura trayectoria, se utilizan dos hipótesis para calcular el impacto a mediano plazo (2015), que abarcan hasta el final del año civil 2015”, indica el informe. La hipótesis de “ébola mínimo” contempla una rápida contención de la epidemia en los tres países más afectados, mientras que la de “ébola máximo” corresponde a una contención más lenta en esos países, con un contagio regional más amplio. De acuerdo con el nuevo análisis, los impactos económicos del ébola ya son muy graves en los tres países más afectados —en particular en Liberia y Sierra Leona— y podrían resultar catastróficos en el marco de la hipótesis de ébola máximo con una contención lenta. En términos regionales amplios, el impacto económico podría limitarse si se adoptan medidas inmediatas a nivel nacional e internacional para detener la epidemia y atenuar la “conducta de aversión”, es decir, el factor de temor que impulsa a los países vecinos a cerrar sus fronteras, y a las aerolíneas y a otras empresas regionales e internacionales a suspender sus actividades comerciales en los tres países más afectados. El éxito alcanzado hasta el momento en la contención del ébola en Nigeria y Senegal demuestra que esto es posible cuando existe un cierto grado de capacidad en el sistema de salud y una firme respuesta normativa. “Dado que el ébola tiene el potencial de ocasionar costos económicos cuantiosos en Guinea, Liberia y Sierra Leona, así como en el resto de los países de África occidental, la comunidad internacional debe encontrar la manera de superar los obstáculos logísticos y aumentar la cantidad de médicos y personal sanitario capacitado, de camas en los hospitales y de apoyo a la salud y el desarrollo para contribuir a detener la epidemia”, afirma Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial. Igualmente, el presidente Kim dijo que “la comunidad internacional debe dar una respuesta ahora, sabiendo que las deficiencias de la infraestructura, las instituciones y los sistemas de salud pública en muchos países frágiles ponen en riesgo no solo a sus propios ciudadanos, sino también a sus asociados comerciales y al mundo en general”. El directivo agregó que “el enorme costo económico del brote actual, para los países afectados y para el mundo, podría haberse evitado mediante inversiones prudentes y constantes en el fortalecimiento de los sistemas de salud”. No obstante, el Banco Mundial respalda las respuestas de los países en consonancia con la hoja de ruta elaborada por la Organización Mundial de la Salud y está coordinando la asistencia en estrecha colaboración con las Naciones Unidas y otros organismos internacionales y países asociados. Lo que sigue El nuevo informe señala que una vez se haya contenido el brote de ébola, se requerirán esfuerzos y memoria para mantener y seguir fortaleciendo esta red de alerta temprana, así como inversiones complementarias para lograr que los sistemas de salud de África sean eficaces y resilientes. “Tomados en conjunto el esfuerzo para contener la epidemia, el apoyo fiscal, la recuperación de la confianza de los inversionistas y el fortalecimiento de la capacidad de vigilancia, diagnóstico y tratamiento de enfermedades prometen, primero, frenar la epidemia de ébola y, luego, contribuir a modificar, con la mayor celeridad posible, la conducta de aversión que está causando graves perjuicios económicos”, dice el documento. De cara al futuro, una de las principales cuestiones será restablecer la confianza de los inversionistas de manera que, a medida que se contenga la epidemia, comiencen a retornar las inversiones nacionales e internacionales. El Banco Mundial destacó que se requerirán políticas urgentes para reactivar el flujo de ayuda y la actividad comercial (para fines relacionados con la salud, las empresas y el turismo) con los países afectados y, al mismo tiempo, prevenir el contagio epidemiológico en otros países. En este sentido, asegura el informe, deberían analizarse opciones para financiar mejoras de la infraestructura y los protocolos de seguridad sanitaria de los puertos marítimos y los aeropuertos de los tres países más afectados y sus países vecinos. Con ese fin, el Grupo Banco Mundial está movilizando financiamiento de emergencia por valor de US$400 millones para los tres países más afectados por la crisis.