La casa de Johana Bahamón volvió a tener chupos, teteros y juguetes por todas partes. La razón es Evelyn, una hermosa niña de un año de raza afrocolombiana que tiene como acudiente a esta gestora social. Evelyn es una de los cientos de niños que nacen y viven en las siete cárceles de mujeres de Colombia hasta los 3 años, el tiempo que las normas penitenciarias prevén que ellos deben estar junto a sus madres en la prisión. En esos tres primeros años los niños necesitan tener un acudiente, que casi siempre es un familiar y es quien vela por ellos en caso de que necesiten salir de urgencia al médico o para fines recreativos. Pero muchas de estas reclusas no tienen a ninguno cerca o no cumplen con los requerimientos necesarios. En ese caso, una persona voluntaria puede aplicar a esa figura. Eso fue lo que Bahamón hizo con Evelyn. La bebé hoy vive los fines de semana en la casa de Johana con su esposo Juan, la hija de ambos, Mía, y Simón el hijo de Johana con Andrés Cabas.

Por su trabajo en pro de los derechos de la población carcelaria Johana está acostumbrada a las cárceles. Cuando empezó a visitarlas lo que más le interesaba era verificar si los niños estaban bien. “Estuve gratamente sorprendida al ver que tenían muy buenos jardines infantiles”, dice. A pesar de estar trabajando en este tema desde hace más de siete años nunca había pensado en ser acudiente de uno de los bebés que nacen tras las rejas. Pero todo cambió cuando conoció a Evelyn. Desde ese momento sintió una conexión muy fuerte con ella. “Yo creo en las energías y sentí que esta era una señal de que ella era una misión en la vida”, cuenta Johana.


Foto: Johana Bahamón con Clari, la mamá de Ebelyn.

La misión que Johana siente que llegó con esta niña es dar a conocer la realidad de muchas madres reclusas. “En este momento hay dos embarazadas y no tienen a nadie de su familia que les sirva como acudiente”. La historia, que ella detalla en su cuenta de Instagram, ha inspirado a otras personas a ser candidatas para esta noble labor. “Ya tengo cuatro que quieren serlo”, pero aclara que no es fácil porque implica una responsabilidad muy grande pues si el niño necesita ir de urgencias a un hospital en la noche, el acudiente es la persona encargada de llevarlo. “Y es que los niños se enferman casi siempre, no a las dos de la tarde, sino a medianoche”, dice.

Por eso el proceso para ser acudiente es complejo. Lo primero que hay que tener en cuenta es que es la madre quien escoge al acudiente y no al contrario. La solicitud se hace al Instituto Colombiano de Bienestar Familias (ICBF) y es casi tan meticulosa como una para adoptar. De esta forma garantiza que el acudiente brindará todos los cuidados que una madre tendría con su hijo. Eso hizo Johana: habló con Clary, la mamá de Evelyn, quien aceptó que ella iniciara el proceso para ser la acudiente de la pequeña. Cada madre establece con su acudiente los términos de las visitas y salidas con los niños bebé. Puede ser solo para emergencias, o para las vacunas, pero también puede ser para que esté con ella varios días a la semana para que tenga más actividades recreativas. Cuando la decisión salió a favor de Johana, al cumplir Evelyn los cuatro meses, ellas acordaron que la bebé podía pasar los fines de semana en casa de la familia Salazar Bahamón.


Foto: Los fines de semana la familia de Johana va a la finca. Un plan que le fascina a Evelyn.

Al cumplir los 3 años, los bebés que nacen en las cárceles deben salir de allí y buscar un hogar en el cual vivir hasta que la mamá recupere la libertad. Para Johana lo mejor es que los hijos estén con la mamá, no importa dónde. El acudiente es una figura que ofrece un tiempo complementario para que ese bebé tenga mejor calidad de vida. “No es necesario, sino complementario, para momentos extras”.

El esposo de Johana, Juan Manuel, está acostumbrado a que ella llegue de la cárcel con una nueva idea, un nuevo objeto y ese día en que ella decidió ser acudiente de Evelyn le preguntó: “bueno, ¿Y hoy que experiencia viviste? Cuando le contó que iba a ser la acudiente de un bebé él lo tomó muy bien. “Mi esposo es divino, a todo lo que yo le diga dice que sí”.

Aunque Mia, la hija de ambos, solo tiene 4 años, la casa tuvo que adaptarse para recibir a Evelyn. “Yo ya había salido de muchas cosas de bebés. Algunas las había regalado, otras las había donado a la cárcel, yo no tenía nada. Entonces llamé a esas amigas a las que les he dados coches, cunas, mesas de bebé y juguetes y les dije: ‘lo que no estén usando me lo devuelven’”. Al haber ya dos niños en la casa, integrar a las actividades a uno más no ha sido problema para ella. Además, Johana dice que tiene todo el tiempo para cuidarla. Ella tiene a Evelyn los fines de semana, pero a veces, cuando la mamá debe ir a audiencia Evelyn también se queda entre semana con ella. Ya le ha pasado que la llaman de la cárcel y debe recoger a Evelyn y llevarla a urgencias. También la llevo al médico de mis hijos y a clases de estimulación temprana. En los fines de semana vamos a la finca, estamos en la piscina y como tenemos caballos, a Evelyn le fascina verlos y cogerlos”.


Foto: Simón y Mía, los dos hijos de Johana adoran a Evelyn.

Los hijos de Johana se han vuelto más generosos gracias a que Evelyn les ha enseñado a compartir. “Es como si le hubiera llegado una hermanita a Mía”, dice. Sin embargo ella no sintió celos de que su mamá le dedicara más tiempo a la bebé que a ella, o que tuviera que compartir el cuarto y su closet con la niña. “Para mí ha sido como volver a tener un bebé. Siento lo mismo que cuando nacieron Simón y Mía. Un hijo trae a una familia, unión, alegría. Yo lo hago por Evelyn pero esta experiencia le ha traído beneficios a todos”.

Según ella, la niña es calmada, comelona, y risueña. “La amamos, es una de las mejores experiencias que hemos tenido como familia. Nos parece delicioso compartir con ella y para todos es una alegría esperar el viernes cuando llega”.

La mamá también está feliz. Le escribió una carta en la que le agradece por cuidar a su hija y le dice que lo mejor es verla sonreír. “Entendí lo que siente ella y por qué lo hace. Es el amor de una mamá que permite que su hijo tenga otras experiencias aunque eso implique no tenerla a su lado”. El acudiente lo que hace es darle oportunidades diferentes a ese bebé. La mamá de Evelyn saldrá en año y medio de la cárcel, y lo más probable es que vuelva con su familia a Pereira. “Ya acordamos que así se vaya con ella vamos a seguir el vínculo: me la van a mandar en vacaciones o yo iré por ella”.