Todos conocen la historia. En la madrugada del 12 de octubre de 1492 la Pinta, la Niña y la Santa María, las embarcaciones de la expedición liderada por Cristóbal Colón, llegaron a San Salvador, una de las islas de las Bahamas, y así descubrieron América. Sin embargo, pocos recuerdan que la Santa María, la más grande de las carabelas, fue la única que no regresó a España debido a que pocas semanas después del descubrimiento de América encalló frente a las costas de La Española, isla donde hoy queda Haití y República Dominicana. El martes pasado, Barry Clifford, un arqueólogo submarino estadounidense, declaró en una rueda de prensa que él y su grupo de exploradores encontraron los restos de la nave en el lugar donde supuestamente se hundió. Los restos fueron descubiertos hace una década y luego, con la ayuda de magnetómetros, radares y buzos aumentó la posibilidad de que fuera la Santa María. Los últimos análisis de las fotografías tomadas en 2003 junto con los datos obtenidos en una exploración de reconocimiento realizada a principios de mayo pasado, le permitieron concluir a Clifford y su equipo que, en efecto, los restos pertenecen a la Santa María. Además, el experto afirma que la localización coincide con las notas de los viajes de Colón. “Toda la evidencia geográfica, de topografía submarina y arqueológica sugiere que este barco es la famosa carabela”, señaló Clifford. A pesar de esto, algunos historiadores quieren tener evidencias concretas. Si llega a confirmarse el hallazgo, sería uno de los más importantes de los últimos años pues hasta ahora no se conserva ninguna de las embarcaciones en las que Colón llegó a América. Además de esto, no se descarta que puedan aparecer tesoros en el sitio, aunque para algunos esta es una posibilidad remota debido a la antigüedad del naufragio. Clifford, que descubrió en 1984 el barco pirata Whydah y recientemente el galeón del capitán Kidd en las costas de Madagascar, planea rescatar los restos de la embarcación, conservarlos y exhibirlos al público en un museo de Haití.