Atrás quedaron las épocas en que lo reprochable en los colegios era que las niñas usaran las faldas muy arriba de la rodilla, las blusas escotadas o asistieran muy maquilladas a clase.Una joven de 15 años en Francia fue expulsada de la escuela por usar una burka sobre su cabeza y a la vez una falda muy larga que se camuflaba con sus medias escolares. Las directivas de la institución francesa consideraron que era una conducta “muy religiosa” para una estudiante.Sirine Ben Yahiaten y su familia entablaron una denuncia formal por acoso y discriminación en contra de Prunais College, una escuela de un suburbio de París. Sin embargo, muchos hacen responsable de la medida al presidente Francois Hollande pues desde 2011 ha realizado campaña en contra de los velos que cubren por completo el rostro de las mujeres islámicas.También cabe recordar que todos los elementos que manifiestan una religiosidad radical fueron prohibidos en las escuelas francesas desde 2004. Sin embargo, la joven insiste en que no cometió ningún comportamiento ofensivo por usar una tela que cubría parte de su cabello y una falda que no dejaba ver mucho de sus piernas.El asunto fue más lejos y aunque parezca absurdo, las directivas de la escuela obligaron a la niña a tomar sus clases en un salón aparte, lejos de sus compañeros de curso. La familia de Sirine demandó y el 19 de marzo la Corte Administrativa de Melun le ordenó a Prunais College reintegrar a la menor a sus clases.Para sorpresa de Sirine, el Consejo de Estado de Francia revocó la decisión de la Corte y a principios de abril, fue expulsada definitivamente.Las autoridades francesas insisten en que la burka y la falda larga son “muy religiosas”.Grupos como Acción contra la islamofobia en Francia tomaron el caso mientras Sirine continúa su disputa contra el colegio. Muchos creían que Hollande, el nuevo presidente socialista mostraría una actitud más liberal frente a la forma de vestir de las islámicas, pero se han equivocado puesto que el presidente ha aplicado mayores restricciones frente a la costumbre de las mujeres de cubrir su cabello y rostro.Se estima que en Francia hay seis millones de musulmanes y muchos creen que las leyes respecto a su forma de vestir son una fachada para ocultar una política institucional de discriminación en contra de esta religión, de su forma de vestir y se quejan de que el gobierno francés tiene una abierta agenda anti islam.