LUEGO DE SU PRIVAtización en 1987, y después de llevar más de 10 años siendo una de las aerolíneas más rentables del mundo, British Airways está comenzando a volar en cielos turbulentos. A pesar de que se estima que en 1995 sus ventas aumentarán en un 7 por ciento, una demanda interpuesta por Virgin Atlantic por un millón de dólares por infringir la ley antimonopolios podría lesionar la imagen de la companía y comprometer seriamente las proyecciones para este año. La segunda dificultad, que en un principio se había presentado como una fortaleza y una ventaja competitiva para la compañía, es la de las alianzas estratégicas. La adquisición del 24.6 por ciento de USAir, la cual perdió más de 450 millones de dólares el año pasado, puede volverse un problema financiero más serio de lo que los directivos creían. Por otro lado, la compra del 25 por ciento de la aerolínea Quantas tampoco cumplió con su propósito, pues British contaba con la integración de ciertas rutas y las autoridades australianas prohibieron tal operación.