La pandemia y sus implicaciones en el mundo laboral han desvirtuado muchos paradigmas que tenían las organizaciones respecto a los perfiles más idóneos para contratar.

En la nueva normalidad, los mejores perfiles no están determinados únicamente por la experiencia, estudios, trayectoria o logros, sino en las habilidades blandas, que están adquiriendo una importancia sin precedentes.

¿Cuenta con estas habilidades?

“Hoy, las áreas de atracción de talento tienen el reto de identificar en los candidatos habilidades como resiliencia, inteligencia emocional y pensamiento creativo e innovador. A su vez, las organizaciones tienen el reto de brindar a los nuevos empleados una cultura organizacional que les permita desarrollar estas habilidades dentro de su rol o plan de carrera”, señala Blanca Inés Rodríguez, consultora senior de Atracción del Talento para SAP Región Norte de América Latina y el Caribe.

De acuerdo con la experta de SAP, “la motivación de explorar y aprender cosas nuevas que permitan flexibilizar el perfil profesional del candidato (el cual hoy debe ser menos especialista y más integral) es la clave. Así mismo, el entendimiento de la innovación como una habilidad (o skill) y no como la transformación o mejora de un proceso o máquina”.

En la misma línea, es claro que muchas organizaciones han comprendido que los saberes técnicos pueden ser aprendidos por el trabajador en su día a día. Por tanto, un buen learnability, es decir, la facilidad con que una persona aprende nuevo conocimiento o se adapta a unas determinadas funciones, es una de las principales exigencias para los profesionales actuales.

Para Lina Correa, directora de Talent Solutions de ManpowerGroup, las habilidades blandas siguen al orden del día: “Profesionales con creatividad, curiosidad, comunicación, resiliencia, tolerancia a procesos de cambio y tolerancia al estrés; así como iniciativa, pensamiento crítico y analítico, razonamiento e integridad es el talento que quieren atraer las empresas”.

Igualmente, se están valorando de forma especial las competencias de resolución de problemas, hoy enfocadas a la toma de decisiones rápidas y de riesgos controlados.

Educación superior, al tablero

Las universidades son el punto de encuentro entre las necesidades del sector productivo y el talento que, luego de pasar por procesos formativos, responderá a estas. No obstante, las dificultades de la educación superior para actualizar sus currículos en función de las dinámicas empresariales más actuales siempre ha sido uno de sus reproches.

La consultora senior de SAP acota que “las universidades hacen un esfuerzo por conectar la actividad académica con la experiencia en las organizaciones. Sin embargo, la educación en Colombia debe explorar más, estar orientada a aprender en sitio (prácticas, demostraciones, etcétera) y conectada con la realidad de las empresas en su día a día”.

Con miras a acortar esta brecha de actualización, debería haber más espacios donde universidades y empresas trabajen de la mano. Para ello, la directora de Talent Solutions de ManpowerGroup indica que las universidades podrían estructurar los entrenamientos que muchas compañías necesitan para desarrollar en sus empleados habilidades específicas. A través de cursos cortos, prácticos y formales diseñados junto a directivos empresariales, ese conocimiento luego podría replicarse en los programas de pregrado o posgrado.