Debido a las tensas relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, así como la priorización de cadenas de suministro que sean mucho más cortas, varias empresas están trasladando la fabricación e instalaciones a Latinoamérica, por lo que la región se enfrenta a una oportunidad para convertirse en un centro de fabricación global.

Particularmente, en el caso de Colombia, su ubicación estratégica, el tamaño del mercado, la conectividad, la infraestructura, la mano de obra y la calidad de los servicios son algunos de los factores que tienen en cuenta las empresas para trasladar sus operaciones al país.

El actual contexto económico demanda mejorar la cualificación de la mano de obra | Foto: Getty Images

Ricardo Triana, director Ejecutivo de PMI para Latinoamérica, explicó que para alcanzar el potencial como centro de fabricación global, Latinoamérica debe cerrar la brecha en los cargos de gestión de proyectos.

Gestión de proyectos

Se estima que para 2030, la región necesita alcanzar 5.9 millones de posiciones orientadas a la gestión de proyectos, una media de 119.000 nuevos directores de proyectos por año, según el Talent Gap Report de Project Management Institute (PMI).

Para dicha organización, el actual contexto económico demanda mejorar la cualificación de la mano de obra y dotar a una nueva generación de talentos de los conocimientos necesarios para la gestión de proyectos.

La mayor demanda será para profesionales que puedan aprovechar las habilidades de poder; capacidades únicas que pueden aprovecharse para enfrentar los desafíos cambiantes y ambiguos. | Foto: Getty Images

Según Triana, “para seguir siendo competitivos y alcanzar ese potencial, las empresas deberán centrarse en la contratación de solucionadores de problemas y constructores de relaciones que puedan ayudar a impulsar el cambio y ofrecer un valor estratégico”.

Según el informe Job Trends sectores como el automotriz, farmacéutico, energía renovable, petróleo y textil ofrecen un gran potencial, con México y Brasil, países más propensos a beneficiarse si la región desarrolla todo su potencial como centro manufacturero.

De acuerdo con el Banco de la República de Colombia, en términos sectoriales, los servicios financieros y empresariales y la industria minero-energética fueron los dos sectores en donde llegó la mayor inversión extranjera y donde se cree hay un gran potencial, en los últimos tiempos.

También se destacaron otros sectores como el del transporte y las comunicaciones (11 %), comercio y hoteles (9 %) y la industria manufacturera y de servicios (9 %) que durante los últimos 15 años ha tenido una mayor concentración de inversión extranjera (IED) aproximadamente del 85 % en Latinoamérica.

La actividad de los proyectos

El aumento de los precios de la energía en Europa, la reestructuración mundial de los gigantes tecnológicos norteamericanos y la salud del sector manufacturero chino son factores que podrían alterar drásticamente la actividad de los proyectos y el panorama manufacturero en Latinoamérica.

Según Triana, adaptarse a ese escenario es clave para tener éxito en un cambiante mercado laboral. Las competencias técnicas no serán suficientes para enfrentar este nuevo desafío.

Para alcanzar el potencial como centro de fabricación global, Latinoamérica debe cerrar la brecha en los cargos de gestión de proyectos. | Foto: Cortesía - High Results

Es que en un mundo de automatización generalizada, la ventaja no necesariamente irá a los más técnicos, sino a aquellos que saben cómo combinarlos con creatividad, innovación y la capacidad de gestionar personas, innovación y habilidades de administración.

Agregó el experto que “la demanda de directores de proyectos, especialmente aquellos con las habilidades de poder ayudar a las organizaciones a navegar en tiempos turbulentos, crecerá. Los profesionales de proyectos se han vuelto más valiosos y menos vulnerables en caso de que el mercado laboral se enfríe”.

De igual forma, “la mayor demanda será para profesionales que puedan aprovechar las habilidades de poder; capacidades únicas que pueden aprovecharse para enfrentar los desafíos cambiantes y ambiguos, desafíos que no vienen con una hoja de ruta clara para abordarlos”.