El Grupo, que apuesta por la realización de elecciones adelantadas en Venezuela, fue víctima de lo que ellos mismos tratan de ordenar. La fuerte pugna dentro del congreso anuló sus gestiones para evitar la desaparición de la mesa de negociaciones, que entró en crisis después que el gobierno se negó a firmar un acuerdo, promovido por el secretario general de la OEA, César Gaviria y los negociadores, para realizar un referendo revocatorio sobre la presidencia de Hugo Chávez. El Grupo presentó el viernes una declaración en la que pidió al gobierno y a la oposición acelerar la concreción de un acuerdo que permita en el corto plazo una solución electoral a la crisis venezolana. Los vicecancilleres de Estados Unidos, México, Brasil, España, Chile y Portugal invitaron a las partes a desarrollar "máximos y urgentes esfuerzos para superar con voluntad política, dentro de un espíritu de buena fe y de confianza, las divergencias que todavía persisten". Así mismo hicieron un llamado al congreso, que es dominado por el sector oficialista, para que agilice la elección de las nuevas autoridades electorales que se han convertido en la principal piedra de tranca para llevar adelante el referendo. El gobierno ha expresado abiertamente que no promoverá el referéndum debido a que aspira a que Chávez concluya su mandato en el 2006.