El año pasado se recaudaron $144 billones en impuestos, una cifra 6% superior a la de 2017 y que además implica un sobrecumplimiento 101,8% de la meta establecida para 2018, es decir, que se recolectaron $2,6 billones más de lo previsto. El anuncio de estas cifras por parte de la Dian llevó a críticas de expertos que aseguran que un recaudo de impuestos superior al esperado ponía en evidencia que la situación fiscal no estaba tan mala como se creía y que, por tanto, no era necesario tramitar la Ley de Financiamiento, una propuesta ambiciosa, que tras una dura oposición, incluso por parte de las bancadas de Gobierno, salió trasquilada del Congreso. “Reforma tributaria 2016 sí funcionó para producir más recaudo -Gobierno Duque ha debido esperar a 2019 para presentar su reforma: no se necesitaba como muestra el recaudo extraordinario, y sí se incurrió en costos políticos y económicos”, trinó Jorge Restrepo, profesor de economía de la Universidad Javeriana y director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac). Restrepo menciona entrevistas con expertos como Carlos Végh, economista jefe del Banco Mundial para América Latina, quien en diálogo con Dinero aseguró que el gobierno Duque debería darle tiempo a la pasada reforma antes de proponer una nueva, con el fin de que la de 2016 pudiera mostrar sus resultados. Lea más: Por qué Duque debería darle tiempo a la tributaria de 2016 antes de proponer otra “Estoy convencido de que la ley de financiamiento fue apresurada en su contenido, pues en términos macroeconómicos no había necesidad de ese mayor recaudo. El equipo económico sabía que el precio del petróleo y del carbón estaban por lo menos US$10 por encima de lo previsto en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), lo que se traducía en mayor ingreso por regalías y por impuesto de renta de las empresas minero-energéticas”, le explicó Restrepo a Dinero. Precisamente una de las razones que se esgrimía para la urgencia de la ley de financiamiento era un hueco fiscal para 2019 que inicialmente era de $25 billones, pero que fue bajando con el tiempo y que según varios analistas no existía, dado que los presupuestos en Colombia se aprueban financiados, pero la diferencia entre lo que se aprobó bajo la era Santos y lo que necesitaba el gobierno Duque para sus proyectos era justamente ese hueco. Lea también: Así quedó el tema de megainversiones y de e-commerce en la tributaria Pago anticipado El exdirector de la Dian, Juan Ricardo Ortega, fue uno de los primeros en responder al trino de Restrepo, diciendo que en el aumento del recaudo de 2018 ya poco tenía que ver el aumento del IVA establecido en la reforma tributaria de 2016 y que lo que realmente subió los ingresos fue el efecto de tasa de cambio en el recaudo por importaciones y el precio del petróleo. En efecto, en el departamento de investigaciones del Banco de Bogotá señalan que uno de los factores que impulsó el recaudo fue el Decreto 2146 de noviembre de 2018, que les permitió a las empresas minero-energéticas el pago anticipado de impuesto de renta, lo cual se dio en diciembre, corrigiendo, de paso, una tendencia que se había dado el resto del año, cuando el recaudo era inferior a la meta. Prueba de ello es que en repetidas ocasiones el director de la Dian, José Andrés Romero, aseguró que el recaudo de 2018 sería inferior a lo presupuestado. Ortega, por su parte, le dijo a Dinero que el gobierno Duque no tenía margen para esperar un año adicional para la reforma, más si se tiene en cuenta la volatilidad del precio del petróleo. Además, justamente por el pago anticipado de renta de Ecopetrol y otras minero-energéticas es previsible esperar menores ingresos para 2019. “Arrancando, el Gobierno debía hacer bien la tarea de resolver los problemas fiscales y eso se hacía con los ajustes al IVA, pero quienes estamos convencidos de que ese es el camino correcto, no podíamos anticipar que el cambio al IVA se iba a hundir. Ahora el país quedó cojo en ese frente y en cualquier momento puede caer en el ojo del huracán por sus problemas fiscales”, precisó Ortega. Recomendado: Estos son los desafíos económicos para Colombia en 2019

Restrepo señala además que otra de las tesis para la urgencia de la reforma era el pedido de las agencias calificadoras de riesgo, pero asegura que ninguna estaba pidiendo una reforma en 2018, pues en sus comunicaciones han hablado de una consolidación fiscal en 2020. “Y no podemos hacer reformas solo por lo que digan las calificadoras, que sí son importantes pero no tienen la última palabra. Lo que se logró con adelantar una reforma, que se había podido tramitar este año, fue darle un golpe brutal a la confianza del consumidor”, puntualizó. Ante esto Ortega respondió que el golpe a la confianza de los consumidores es “ciencia ficción”, pues en el mundo constantemente se hacen reformas tributarias y eso no hace que se paralicen proyectos. Entérese: Prepárese para pagar impuestos Pero más allá de saber si la Ley de Financiamiento se tramitó a destiempo, la pregunta es si con lo aprobado será suficiente o si se requiere en el corto plazo una nueva reforma y todo parece indicar que así será. El debate tributario y fiscal sigue abierto.