Si se le puede creer lo que manifiesta su despacho, Don Brash, presidente del banco central de Nueva Zelanda, es un ejemplo. En una declaración formal expedida para contestar una solicitud el presidente de la junta directiva, Bill Wilson, expresó que "Brash viaja enteramente solo, sin la ayuda de un staff". Y para que no quedaran dudas Wilson hizo énfasis en que "en línea con la política del banco, Brash lava sus propias ropas, incluidos sus calcetines, para evitar incurrir en costosas cuentas de lavandería". Con razón Nueva Zelanda es uno de los países más prósperos.