En el pasado Festival de Cine de Venecia, Harvey Weinstein, presidente de los estudios de cine Miramax, recibió una extraña propuesta. Saadi Gaddafi, hijo del líder libio Muammar Gaddafi, se acercó al empresario para dejarle saber que su padre vería con buenos ojos que Miramax hiciera una película biográfica sobre su vida. "No es tan descabellado como parece. Después de todo ha tenido una vida bastante emocionante", le dijo Weinstein al tabloide británico Daily Telegraph. Pero el trato todavía no se ha cerrado, pues Weinstein, que es judío, puso una pequeña condición: que Gaddafi reconozca públicamente el Estado de Israel. Saadi prometió consultar a su padre y volver con una respuesta.