El pasado 19 de septiembre, el presidente Juan Manuel Santos, su gabinete y los jefes de los cinco partidos políticos de la coalición, definieron que la reforma al fuero militar era una prioridad para el gobierno.Un mensaje que fue acogido por la Cámara de Representantes, que en sólo cuatro semanas le dio visto bueno al proyecto, pero que quizás no ha sido suficiente para que el Senado tome la decisión definitiva.   El pasado 17 de octubre, esta reforma constitucional llegó a jurisdicción de Senado. El proyecto, tal y como lo pulió la Cámara de Representantes, apareció en la secretaría de la Comisión Primera. Pero casi un mes después ningún senador se ha atrevido a presentar la ponencia para el penúltimo debate. Así pues, el fuero militar, una de las prioridades del gobierno, está represado, cuando el parlamento está a menos de treinta días de irse de vacaciones.   El senador Armando Benedetti, del partido de La U, es uno de los encargados de definir la ponencia. Y confiesa que hay temor. La Cámara de Representantes definió que las conductas de los uniformados corresponden a actos del servicio excepto en las que haya evidencia de que se trata de delitos de desaparición forzada, de lesa humanidad y de genocidio, los cuales, según la reforma, serán competencia de la justicia ordinaria y no de la castrense.   Pero Benedetti confiesa que el fuero militar no sólo debe excluir estos tres delitos. Al senador le suena que la Constitución colombiana también debe incluir que los delitos de “homicidio a persona en estado de indefensión”, (o falsos positivos) y los de “violencia sexual”, también deben excluirse del fuero consagrado a los militares. Sin embargo, Benedetti considera que esa decisión no es fácil y que el gobierno “se quiere lavar las manos” para que el Congreso determine la lista definitiva de delitos.   Pero para el Congreso la decisión no es fácil. Benedetti dice que si el Senado aprueba el proyecto solo con los tres delitos definidos en la Cámara de Representantes, “se nos viene encima la ONU, la comunidad internacional y los defensores de Derechos Humanos. Pero si decide ampliar a cinco los delitos, “el congreso se echará encima a los militares”.   Por eso Benedetti, antes den definir la ponencia, pide que el gobierno “asuma una decisión”, recordando que el proyecto fue definido como prioridad por el presidente Santos. “No es suficiente que el gobierno diga que la sabiduría del Congreso debe decidir, porque asegura, “estamos en una turbulencia. El gobierno está haciendo de Poncio Pilatos, se lava las manos, y el Congreso con cualquier decisión que tomé va a salir perdiendo”.   El senador de La U considera que el gobierno tiene que resolver este dilema, aunque admite que no es una decisión fácil porque, de un lado, también está en juego el mensaje que se le envía a la comunidad internacional, y por el otro, el que se le de a los militares que han reclamado con urgencia la reforma al fuero.   Este jueves el proyecto del fuero militar apareció en la agenda de la Comisión Primera del Senado, lugar donde se llevó la audiencia pública, uno de los requisitos previos para que se discuta el proyecto. hubo nutrida participación de los sectores enfrentados, militares y defensores de derechos humanos. Pero la ausencia que se registró fue la del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, el autor del proyecto. Sin embargo, la ponencia para el penúltimo debate de esta reforma sigue a la espera de un mensaje del gobierno, insiste Benedetti.