Durante el homenaje a Fernando Botero en Venecia, hace unos días, fueron invitados 150 niños colombianos para dar un concierto de música. Por un cálculo equivocado sobre el clima los niños se estaban muriendo de frío ante el tardío final del invierno europeo. El pintor, al darse cuenta de esto, ordenó y pagó la compra de 150 suéteres para solucionar el problema.