En medio de la violencia y la corrupción que ya hacen parte de nuestra cotidianidad nacional, es gratificante leer en su edición #863 la noticia sobre la donación de obras de arte realizada por el pintor Fernando Botero. Más allá de lo alucinante que resultara tener a un Bacon o a un Giacometti tan extrañamente cerca de nosotros, el hecho encierra un gesto altruista y generoso, digno de imitar. Catalina Villa Cali (Vía Internet)