El cañón de La Llorona, localizado en el Urabá antioqueño, se ha convertido en uno de los teatros de guerra más cruentos del país en las últimas semanas. El primero en golpear a su enemigo en la zona fue el Ejército, el que en la primera semana de abril y después de un intenso operativo militar logró sitiar a cerca de 200 guerrilleros de las Farc. Luego de los enfrentamientos el número de subversivos muertos no pudo ser establecido. No obstante, según fuentes militares, las víctimas se habrían acercado al centenar.La semana pasada fueron las Farc las que tomaron la iniciativa. Un frente guerrillero que opera entre los municipios de Mutatá y Dabeiba dinamitó un puente en momentos en que transitaban dos camiones con 43 soldados. Durante la acción terrorista murieron 19 uniformados, entre ellos el jefe del convoy militar, mayor Henry Gómez Navas, comandante del batallón de contraguerrillas Cacique Lutaima, y el teniente Fabián Chica Mosquera, quien también cumplía funciones operativas. Las víctimas fueron los ocupantes del primer vehículo que intentó cruzar el puente sobre el río Tasidó, que comunica a Dabeiba con Mutatá. Los integrantes del segundo camión pudieron sobrevivir luego de permanecer varios días internados en las selvas del Urabá antioqueño.De acuerdo con informaciones oficiales, luego de la reacción de las Fuerzas Militares murieron 19 subversivos. De la misma manera, las tropas lograron recuperar una parte del armamento que había sido tomado por los guerrilleros durante la acción. La rápida reacción de las tropas habría obligado a los subversivos a replegar sus unidades al interior del cañón de La Llorona.Al parecer el ataque de las Farc fue la respuesta de esa organización a varios operativos realizados por el mayor Gómez contra los frentes que operan en el Urabá antioqueño. Hacía 15 días, según fuentes militares, que el alto oficial había conseguido tomar el control de la carretera entre Dabeiba y Mutatá, luego de que los guerrilleros instalaran un retén con el fin de secuestrar a personal civil y apoderarse de varios camiones para tratar de desabastecer a la región. "El mayor Gómez propinó duros golpes a las Farc y por eso estaba en la mira de ese grupo guerrillero", dijo a SEMANA un oficial del Ejército que opera en la región. Todo hace pensar que el oficial no tomó algunas precauciones que habrían podido evitar el ataque. De cualquier manera los hechos de la semana pasada sirvieron para demostrar que la guerra en el Urabá antioqueño está lejos de ceder en su intensidad. Todo hace pensar que las Farc están dispuestas a luchar hasta el último instante por no dejar de hacer presencia en una zona a la que antes dominaba a su antojo.